De putas (de lujo)

En la sociedad actual mandan las inmobiliarias, los bancos, los abogados, los políticos y los medios de comunicación. Por tanto estamos acostumbrados, o deberíamos estarlo, a movernos entre mafias, chulos y putas de lujo. Muy buena debería ser una serie de televisión que tratase estos temas para sorprendernos. O entretenernos. '700 euros, diario secreto de una call girl' (Antena 3) no lo es. Es una telenovela mala de solemnidad. Aburrida, lenta, cargada de tópicos y situaciones comunes, con la peor música posible, sin actores, sin guión, sin talento… Otra serie española.

antena3.com

Los actores de '700 euros, diario secreto de una call girl'

"A mi hijo de cinco años no le dejaría verla", asegura Toni Cantó, proxeneta y gigoló en la película, en una entrevista en 'El País'. Yo, si pudiese, no se la dejaría ver ni a mi sobrino, que tiene 18 años, ni a mi cuñado, que tiene 45 años, ni a mi prima que tiene 55, ni a mi abuela, que tiene 92. El problema de la serie no es la sordidez del tema, ni los momentos de violencia (incluida la paliza peor rodada de la historia de la televisión, en el final del segundo capítulo). El problema es la ausencia de talento. Del más mínimo talento. No ya cinematográfico o televisivo, sino simplemente narrativo.

En '700 euros, diario secreto de una call girl' todo está mal contado. El guión es previsible desde el primer minuto: chica pobre de pueblo maltratada por su novio ricachón se marcha a la ciudad, le roban, no tiene donde ir, acaba en una casa de putas… Los diálogos resultan pueriles, siendo especialmente insultantes los momentos románticos: las charlas de la protagonista con un benefactor con quién comparte pensión, y que luce el mismo corte de pelo que el príncipe de Shrek, provocarían el vómito al mismísimo Walt Disney. Por último, los personajes son tan radicales que no tienen matices. Malos muy malos, buenos buenísimos. Todos nefastos.

"Parece mentira, tan joven y con tanta perversión", dice una prostituta mientras vierte cera caliente sobre el pecho de un cliente. ¿Realmente piensan escandalizar a alguien con frases o imágenes como ésta? Queridos guionistas, recueden que vivimos en el país de Julián Muñoz, Jiménez Losantos, Botín, El Pocero, David Taguas, Esperanza Aguirre, Fernando Martín, De Juana Chaos… Que hace dos días vimos a Busty Heart romper sandías con las tetas, hace cuatro a Vasile diciendo que Youtube está acabando con la cultura y hoy mismo al rey Juan Carlos navegando en el Bribón. Los españoles necesitamos algo más que cera caliente para sorprendernos.

Por último, y por si les quedaba alguna duda sobre el nivel de este culebrón con ínfulas de serie, les diré que cada capítulo termina con una frase con intenciones filosóficas. Nuevo vómito. Yo prefiero acabar con una recomendación: ¿Quieren conocer la prostitución de lujo y el interior del mundo de la televisión? Busquen en las páginas de contactos de su periódico uno que dice "Famosa de televisión. Demostrable. 300 euros". Y no pierdan el tiempo con series de medio pelo.