Camino Soria

Soria necesita fijar población al territorio, detener la emigración de los jóvenes, crear infraestructuras educativas y sanitarias…. Sin duda le vendrían muy bien un par de hospitales, media docena de colegios, una universidad. E incluso unas cuantas antenas de telefonía móvil, puesto que muchas zonas de la provincia carecen de cobertura. Pero, vaya por Dios, les ha tocado la Televisión Digital Terrestre. Es lo que tienen los conejillos de Indias: que no eligen su suerte. A Soria, provincia a la altura de Teruel en cuanto a abandono y postergación, resulta que la han convertido en pionera de la TDT. Y a callar.

Wifredo García (EFE)

Miguel Sebastián ha llevado la TDT a Soria... ¿Cuándo llevará el resto del progreso?

En Soria, ese lugar perdido en medio de la nada ibérica, se ha presentado el bueno de Miguel Sebastián, alcalde frustrado y flamante ministro de Industria, Turismo y Comercio, con un discurso a lo 'Bienvenido Mr. Marshall' y un botón rojo gigante. Un botón rojo descomunal, digno del programa de Epi y Blas o de un concurso televisivo para ciegos o para imbéciles. El botón de la modernidad, las nuevas tecnologías y el futuro. El botón que convierte a la provincia olvidada en la provincia pionera. "No tenéis cobertura telefónica, vuestras carreteras son casi tan malas como vuestros centros de salud, y los jóvenes se piran para trabajar o estudiar a otras provincias… ¡Pero sois los primeros en tener TDT, jodíos!", podría muy bien haber dicho Sebastián.

Es una gran idea provocar un apagón digital en una provincia que sufre un apagón social. Barcelona, Madrid, Valencia, San Sebastián o Talavera de la Reina, lugares importantes, no tienen por qué padecer semejantes inconvenientes: cuando la TDT funcione correctamente en las subprovincias, entonces que nos la instalen a nosotros. En los reportajes televisivos sobre tan entrañable acontecimiento pudimos ver cómo las personas mayores compraban, "con un sueldo de jubilado" receptores de TDT. Y cómo preguntaban si podrían seguir viendo la tele con la antena de cuernos. ¡Pardillos!

¿Tendremos mejor televisión con la TDT? No necesariamente. Tendremos más televisión. Más canales. Y sobre todo, tendremos más sitios donde gastarnos los cuartos. Ayer, apenas 24 horas después de que Sebastián apretase el enorme botón rojo, otro izquierdista de pro, Jaume Roures, presidente de Mediapro, anunció que tiene previsto el lanzamiento en TDT de una plataforma con contenidos de pago que incluirá un canal de fútbol. El dueño de 'Público' no habló de sus contactos con el Gobierno, pero de sus palabras es fácil deducir que tienen más información sobre la TDT que usted y yo. Es decir, que mucho se tienen que torcer las cosas para que no tenga un canalillo donde colocar todos los deportes que, a precios desorbitantes, ha comprado.

Roures asegura que, como buen empresario de izquierdas que es, el precio de su fútbol será asequible hasta para el jubilado de Soria: un euro por partido. ¡Un miserable euro! ¡Qué chollo! Desde El Descodificador propongo un nombre para tan interesante plataforma: 'Todo a un euro'. ¿O acaso no serán todos los partidos a un euro? Pues no está la cosa clara, porque según el propio Roures, cuando se trate de encuentros de Champions puede que lleven un plus. ¿Y los Madrid-Barça? ¿Y la Formula 1?

No sea usted desconfiado. El jubilado de Soria puede dormir tranquilo: las autoridades velan por su futuro. Seguirá sin cobertura de móvil, su nieto se tendrá que ir a Madrid a estudiar, y cuando se ponga malo tardará una hora en llegar al centro de salud… pero, puñetero, ¡habrá sido pionero de la TDT! Y si no derrocha toda la jubilación en comida o gasóleo para la calefacción (en Soria casca de lo lindo) aún le quedará algo para ver fútbol en 'Todo a cien', la plataforma de izquierdas para una televisión de pago.

Un motivo para no ver la televisión

Ligero de equipaje

Autor: Ian Gibson.

Editorial: Aguilar.

La vida de don Antonio Machado, poeta. Eso es lo que cuenta Gibson en este libro grande, intenso, emocionante. 750 páginas desgarradoras que incluyen una historia de amor que cien años dura: la de Machado y Soria. "No tiene una sociedad valores más altos que sus hombres preclaros", escribió en la provincia castellana.

El poeta más grande del siglo XX creía en un humanismo basado en la igualdad, en la república, en la ecología (sí, Machado era ecologista, como Whitman)… Don Antonio fue un hombre de izquierdas a la antigua usanza, de esos que ya no quedan. Austero en sus costumbres, obsesionado por la enseñanza como inmejorable inversión de futuro, terminó derrotado y triste. A los 64 años, en el exilio de Collioure, lejos de la Castilla que tanto amaba, murió como vivió: ligero de equipaje.

Campos de Soria

(Antonio Machado)

I

Es la tierra de Soria árida y fría.

Por las colinas y las sierras calvas,

verdes pradillos, cerros cenicientos,

la primavera pasa

dejando entre las hierbas olorosas

sus diminutas margaritas blancas.

La tierra no revive, el campo sueña.

Al empezar abril está nevada

la espalda del Moncayo;

el caminante lleva en su bufanda

envueltos cuello y boca, y los pastores

pasan cubiertos con sus luengas capas.

II

Las tierras labrantías,

como retazos de estameñas pardas,

el huertecillo, el abejar, los trozos

de verde obscuro en que el merino pasta,

entre plomizos peñascales, siembran

el sueño alegre de infantil Arcadia.

En los chopos lejanos del camino,

parecen humear las yertas ramas

como un glauco vapor ?las nuevas hojas?

y en las quiebras de valles y barrancas

blanquean los zarzales florecidos,

y brotan las violetas perfumadas.