ETA apunta contra el turismo con cuatro bombas en Cantabria

Laredo.-  ETA ha hecho estallar cuatro artefactos explosivos en Cantabria. Dos de ellas han explotado en el Paseo Marítimo de Laredo y otras dos en el municipio de Noja (una en la Playa de Ris y otra en el Campo de Golf). La banda terrorista había anunciado de estas explosiones por la mañana, reanudando con ello la 'campaña' de atentados con la que cada verano trata de amedrentar al turismo nacional y extranjero.

Alberto Aja (EFE)

Artificieros de la Guardia Civil examina el lugar donde ha explotado la primera bomba en Laredo.

La primera detonación de Laredo se ha escuchado en todo el pueblo, uno de los principales puntos turísticos de Cantabria, y ha provocado una columna de humo color marrón de unos 25 metros. La segunda explosión se ha registrado a las 14.07 a unos 300 metros del lugar donde ha explotado la primera bomba.

El primero de los artefactos estaba colocado junto a la barandilla que separa el Paseo Marítimo de la playa, que había sido desalojada unos 45 minutos antes por la Guardia Civil tras haberse recibido una llamada en nombre de ETA avisando de la colocación de varios explosivos en este arenal y en el municipio de Noja. La segunda bomba estaba colocada junto a la caseta que utilizan los socorristas de Cruz Roja como base durante el verano, que ha quedado destrozada.

Otras dos explosiones se han registrado en el municipio de Noja con una diferencia de dos horas entre ambas. La primera se produjo junto al puesto de los socorristas de la Playa de Ris, de la que habían sido desalojados los pocos turistas que estaban. La segunda tuvo lugar a las 14.50 horas en el campo de Golf de la localidad, que estaba desalojado y acordonado y que se sitúa a 500 metros de Ris.

Con esta cadena de atentados, la banda terrorista ETA -que había avisado a primera hora de los atentados a través de una llamada a los Bomberos de Trápaga (Vizcaya)- reanuda la 'campaña' de violencia con la que desde hace 30 años salpica todos los veranos en zonas turísticas para perjudicar al sector y amedrentar a los veraneantes nacionales y extranjeros. Desde 1979, han sido asesinadas seis personas (tres en 1991, una en 2001 y dos en 2002) en este periodo, además de un número elevado de heridos y cuantiosos daños materiales.