Deporte en la infancia sí, pero ojo con la alta competición

Nadie duda de los beneficios de la práctica de actividades deportivas en los niños, pero cuando hablamos de deporte de alta competición la cosa cambia. Y así lo dice el último informe de Save the Children. Según éste, tres de de cada 10 jóvenes atletas sufren graves riesgos en el deporte de alta competición.

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Los padres proyectan sus deseos en sus hijos.

Rafa Nadal, flamante campeón de Wimbledon y Roland Garros, tenía sólo 19 años cuando ganó por primera vez el Gran Slam de París. Y acababa de cumplir los 17 cuando debutó en Londres. La primera vez que el futbolista del Barça Bojan saltó al campo con el primer equipo tenía 16 años, la misma que el catalán Cesc Fábregas cuando debutó en la Premier League inglesa. Son sólo tres ejemplos. El mundo del deporte nacional e internacional está lleno de casos similares como puede ser el del jugador de baloncesto Ricky Rubio o el del motorista Dani Pedrosa, que con 16 años ya estrenó su casillero de victorias en el Mundial de Motociclismo.

Aunque, como el caso de estos ejemplos, el 70% de los jóvenes deportistas resulta en gran parte beneficiado por el deporte de competición; a veces esta práctica puede ser un serio peligro para el niño. No es el caso de ninguno de estos deportistas aunque sí de otros atletas . Save the Children denuncia que los niños que practican deporte de élite están expuestos a un mayor riesgo físico e incluso mental. Están obligados a dedicar muchas horas, demasiadas según los expertos, al entrenamiento y además se ven sometidos a la presión psicológica de no defraudar a sus familiares ni a su entrenador.

El problema para esta organización es que no existe ninguna normativa que ofrezca una mínima protección a estos atletas ni a nivel internacional ni dentro de las legislaciones de cada país como la Ley 10/90 sobre "dopaje, fraude y abuso en el deporte". Tampoco el Comité Olímpico Internacional establece una edad mínima para participar en entrenamientos intensivos.

Julio Artura, miembro de la Asociación Española de Pediatría (AEP), insiste en las bondades de la actividad deportiva en menores por ser una forma de prevención de enfermedades futuras como la diabetes y "no sólo de la obesidad". Sin embargo añade que es importante controlar la actividad física cuando se practica a alta escala. Por un lado porque puede frenar el desarrollo físico de los menores y cita el ejemplo de los niños búlgaros que practican halterofilia de forma precoz. "El uso de poleas y pesas a edades muy tempranas frena el crecimiento", por eso tienen ese aspecto "tan chaparro". Además, hace sólo unas semanas se anunció que el equipo búlgaro no participará en los Juegos Olímpicos de Pekín porque sus miembros consumen anabolizantes.

Problemas de desarrollo parecidos pueden sufrir los niños que se inician muy temprano en el tenis. La carga de su brazo de raqueta provoca muchas veces el desarrollo del llamado hombro de tenista e incluso en casos extremos una escoliosis de columna vertebral. "Y lo peor de todo es que en algunas ocasiones el sobreesfuerzo puede provocar una muerte súbita, como vimos este año en el mundo del fútbol", señala haciendo referencia implícita al fallecimiento la pasada temporada del futbolista del Sevilla Antonio Puerta. Aunque no es lo más frecuente ocurre, por eso hay que conocer la situación cardiológica de los niños antes de meterlos en la alta competición. "Pero no hay que alarmarse y llevar a todos los niños al especialista en cardiología, el pediatra es quien lo tiene que derivar si ve que pueda existir un problema", asegura.

Saber digerir el éxito

También recomiendan los expertos que antes de que un niño entre en la alta competición se le someta a un control psicológico. Paulino Castells, psiquiatra de la AEP, asegura que "no todos los menores están preparados para el estrés que supone esta práctica deportiva". Como indica el informe de Save the Children se les somete a un rendimiento máximo, a una obediencia constante, dificultando las expresiones de individualidad y libertad. Esto hace que sea "más frecuente en ellos la aparición de cuadros de estrés, ansiedad e incluso de depresión", comenta Castells.

Save the children denuncia cómo en algunos casos, los niños deportistas están sometidos a excesiva presión.

Deben realizar entrenamientos intensivos, muchas veces están aislados en escuelas especiales y además se ven sometidos a la presión de superarse a sí mismos y mejorar. Dice Paulino que los padres son a veces los causantes de este problema porque proyectan en sus hijos lo que a ellos les hubiese gustado ser. "No se puede preguntar a un hijo nada más llegar a casa '¿has ganado?', lo importante es jugar", dice.

Y una vez que se triunfa, el menor tiene que digerir el éxito. Portadas de periódicos en los que se les define como 'los mejores', 'el deportista revelación', 'la esperanza de un equipo'... no favorecen su desarrollo psicológico y "hay millones de ejemplos de jóvenes entronizados que han acabado mal". Ahí sí que es importante el papel de la familia para que canalice esta información. Y pone el ejemplo de Pau Gasol que "ha sabido asumir el éxito gracias al apoyo de sus padres y hermanos".

La gimnasia rítmica, en el punto de mira

Todavía más presión pueden sufrir las niñas que practican gimnasia rítmica. Castells asegura que la necesidad de mantener un cuerpo aniñado puede desencadenar trastornos de alimentación. Sobre todo si se dan comentarios desacertados por parte de los entrenadores a niñas con predisposición a tener esta enfermedad. Por eso es importante que se eviten frases como "te sobran unos kilos".

Estrella Fernández, secretaria técnica de la Real Federación Española de Gimnasia y encargada de la sección de rítmica, dice que en el equipo nacional esto no es así. "Nuestras atletas tienen un control exhaustivo de su alimentación y son nutricionistas los que se encargan de ello", asegura. Además, tienen a su disposición un psicólogo y "se puede asegurar que el equipo está totalmente sano".

Para Julio Arcina, el hecho de que haya un psicólogo es una clara prueba de que los problemas de alimentación se dan. La medida no surge como prevención sino que se ha tomado como consecuencia de la existencia del problema. Y es que según Save The Children, en estas atletas convertirse en mujeres es uno de sus mayores temores porque cuanto 'más pequeñas' sean mejor pueden desarrollar su actividad.