Clásicos modernos a mitad de precio

La Xbox 360, después de más de dos años en el mercado, continúa con un buen ritmo de ventas, sobre todo desde que se rebajara el modelo básico a 199 euros. Según Microsoft, desde el lanzamiento del GTA IV, esta consola que tan difícil lo está teniendo en nuestro mercado —parece complicado convencer a un país entero que en vez consolas dice ‘plays’ — ha triplicado sus cifras de ventas.

Si estás entre los que se la han comprado recientemente deberías echar un vistazo a los Xbox Classics, un sello bajo el que Microsoft reedita títulos de éxito a precio rebajado, 29,95 euros.

Algunos de ellos están entre los mejores juegos de los últimos años.

'Bioshock'

Casi coincidiendo con el anuncio de una versión para Playstation 3, la versión de Xbox 360 baja de precio. Fue el juego del año pasado. Cuando se mantiene la eterna discusión sobre si los videojuegos deben ser considerados o no arte, siempre surge quien nombra 'Bioshock' como ejemplo de que sí: los videojuegos son cultura como pueden serlo la música o el cine. Parece ser que es necesario crear algo majestuoso para que esa discusión se tome en serio. A mí bastante grande me parece la palabra videojuego —díganme qué tiene en común Wii fit y Metal Gear Solid— como para meterlos en otra aún mayor.

Bioshock es una maravilla desde el primer minuto. Y no lo digo como frase hecha, sino porque el primer acto es conmovedor, con el descubrimiento de la ciudad sumergida, Rapture, uno de los escenarios más bonitos que han dado los videojuegos. No hay escenas de vídeo explicando la historia, todo ocurre mientras jugamos. Rapture da miedo, y a la vez es triste. Dudo mucho que la adaptación cinematográfica pueda ni siquiera acercarse a lo que supone jugar a Bioshock, porque si es verdad que estéticamente es lo nunca visto también es increíblemente divertido. No hay una forma de enfrentar a los enemigos: puedes improvisar un ataque utilizando incluso elementos del escenario, obligándote a tomar decisiones y a pensar muy bien tus siguientes pasos. Bioshock siempre ha presumido de tecnología, pero donde realmente destaca y es único es en su concepto.

'Dead Rising'

Un cruce entre GTA y Resident Evil. Frank es un reportero atrapado en un centro comercial rodeado de 53.594 zombies. La cámara de fotos es nuestra única arma y además de intentar sobrevivir hay que descubrir qué se esconde detrás de la misteriosa infección.

‘Dead Rising’: no apto para vegetarianos.

Frank es torpe, no es un superhéroe que se dedica a machacar zombies. Es curioso cómo 'Dead Rising' invierte muchas de las tendencias de la industria: la Inteligencia Artificial se ha convertido en uno de los paradigmas de los nuevos juegos, que muestran enemigos cada vez más espabilados —o al menos se intenta—. Los enemigos de 'Dead Rising' (zombies, aunque no exclusivamente) son tontos, y lo que los hace terribles es su número. Por momentos estaremos completamente rodeados de no-muertos. Para defenderse, Frank puede utilizar todos los objetos que se venden en el centro comercial, desde bates de béisbol a paquetes de cereales. El escenario parece pequeño, sobre todo comparándolo con un GTA (un centro comercial frente a toda una ciudad), pero es que en 'Dead Rising' todo se puede tocar. No hay fachadas sin nada detrás, podemos entrar en cada uno de los negocios del 'mall'. Lo más parecido a jugar con una película de Romero, incluida su ácida visión de la humanidad y el progreso. De lo mejorcito del catálogo de la 360.

'Crackdown'

Una ciudad futurista con libertad de movimientos y donde encarnas a un policía modificado genéticamente. El impresionante diseño gráfico no tapa la realidad: es un juego irregular. Las misiones son lineales (acaba con cada líder y sus secuaces) y no hay una gran historia detrás (de hecho, es que no hay ninguna), pero es que lo interesante de 'Crackdown' es escalar con nuestro personaje los impresionantes rascacielos de la ciudad. Lo que en otros títulos son minijuegos o excusas para subir de nivel, aquí se convierte en el auténtico objetivo. Recogiedo orbes aumentamos nuestra capacidad de salto y podremos llegar aún más arriba.

El impresionante diseño gráfico de 'Crackdown'

‘Crackdown’ es un arcade, y puede que por eso haya sido malintenpretado e injustamente valorado.

Al contrario que en 'Assassin's Creed', aquí no hay un control semiautomático para las ascensiones. Nunca sabes si estás siguiendo el camino correcto, y de hecho los rascacielos más altos requieren práctica y una estrategia. Las caídas son los momentos más espectaculares, incluido el precioso efecto que producimos al chocar contra el suelo. A pesar de la ausencia de guión o incluso de protagonista, es uno de los juegos de la 360 que no me perdería.