Todo está inventado (o casi)

Cuando los glotonios nos pusimos a escribir nuestro ignorado best seller para minorías titulado PORCA MEMORIA, sentíamos que por primera vez cruzaba alguien las selvas amazónicas o que llegábamos por primera vez a las fuentes del Nilo —excepción hecha con Anthony Bourdain y su CONFESIONES DE UN CHEF, por supuesto—. Pero, de algún modo sentíamos que escribir literatura de la memoria partiendo de los recuerdos de la boca, era algo nuevo e inaudito. Incluso nos atrevimos a inaugurar y bautizar género, subgénero, o lo que diantres sea: Gastroliteratura.

Con el tiempo —si bien es cierto que no hemos encontrado ejemplos tan bestias como el nuestro—, aquí y allá vamos reconociéndonos en las páginas de los autores que leemos. Algo de esto ha sucedido con la Autobiografía de Mark Twain (Espasa-Órbitas), donde hemos encontrado muchas líneas deliciosas. Valga lo que sigue como ejemplo:

"Aquella granja de mi tío John era un lugar paradisíaco para un muchacho. La casa era de doble fila de troncos, con un porche cubierto muy espacioso comunicado con la cocina. En verano se ponía la mesa a la sombra de aquel espacioso y fresco porche, y las suntuosas comidas..., bueno, me pongo a llorar al acordarme de ellas. Pollo frito, cerdo asado; pavos salvajes y domésticos; patos y gansos; venado recién cazado; ardillas, conejos, faisanes, perdices, chachalacas de las praderas; galletas, pastelillos fritos y alforfones calientes, pan de trigo recién hecho, panecillos humeantes, talos de maíz; mazorcas de maíz fresco hervidas, maíz con habas, frijoles, vainas, tomates, guisantes, patatas, boniatos; cuajada, leche merengada, leche agria; sandías, melones, todos recién cogidos de la huerta; tarta de manzana, tarta de melocotón, de calabaza, pastelillos rellenos de manzana, pastel de melocotón..., ya no me puedo acordar del resto. La forma en que estaban hechas las cosas les daba quizá su mayor esplendor, sobre todo algunos platos en particular. Por ejemplo, el talo de maíz, las galletas calientes y el pan de trigo y el pollo frito. Estas cosas nunca han sido bien cocinadas en el Norte; de hecho, nadie es capaz de aprender ese arte allí, en lo que a mi experiencia concierne. El Norte cree que sabe hacer pan de maíz, pero eso es una burda superstición. Es posible que no haya pan en el mundo mejor que el pan de maíz del Sur, y tal vez no haya pan en el mundo peor que la imitación del pan de maíz del Norte. El Norte rara vez intenta freír el pollo, y eso está bien; ese arte no puede aprenderse al norte de la línea Mason y Dixon ni en ninguna parte de Europa."