Una certeza sobre el España-Rusia

¿Os habéis preguntado alguna vez qué papel juega la suerte en un partido de fútbol? Siempre pensé que el límite se situaba en el punto de penalti. Que si ningún equipo había conseguido deshacer el empate en 120 minutos, el resultado final dependía de qué conjunto tenía más suerte desde los once metros. Tal vez porque la selección española tiene la maldita costumbre de perder 'in extremis' o caer en la tanda de penaltis, como ocurrió en el Mundial de 2002. En aquella ocasión, se dijo que España, al margen de la lamentable actuación arbitral, había tenido mala suerte. Pero en la Eurocopa de 2008, ahora que el viento sopla a favor, resulta que el tema de los penaltis no depende tanto de la suerte, sino de Iker Casillas. La gran actuación del mostoleño y el aplomo de Cesc Fabregas en el último lanzamiento fueron los aspectos determinantes del partido entre España e Italia. Nadie habla de buena suerte.

(REUTERS)

¿Os acordáis de él? Jugó en el Barcelona y el Espanyol. Ahora es ayudante de Hiddink. Su nombre: Igor Korneev.

Bueno, a decir verdad, hay una persona que sí habla de suerte: ése es Donadoni, el derrotado, el entrenador italiano. "Hemos caído en una eliminatoria de cuartos en los penaltis, que son una lotería. Si hubiéramos pasado, la gente hablaría de algo grandísimo", ha dicho el cuestionado Donadoni. Parece que, más que una cuestión de buena o mala suerte, todo depende del punto de vista que cada uno quiera echarle al asunto.

Ahí va otro ejemplo de cómo, en el fútbol, el punto de vista determina la realidad. Si uno lee las crónicas de los medios españoles sobre el partido del pasado domingo, seguramente encontrará artículos que hagan referencia a un partido vibrante, en el que los rivales se tuvieron mucho respeto, lleno de emoción, con un juego superior de los españoles, acorde con las expectativas. Sin embargo, echando una ojeada a la prensa extranjera, quizás llegáramos a una conlusión bien distinta. Por ejemplo, el diario francés 'Le Monde' calificó el partido como "decepcionante". El también galo 'Le Figaro' habla de un choque "aburrido". Mientras, el inglés 'The Times' asegura que el partido fue "extremadamente decepcionante". ¿En qué quedamos, entonces?

Estos ejemplos demuestran que el fútbol tiene poco de ciencia exacta. Más bien al contrario: no es ciencia y es desconcertantemente inexacta. Si fuera un poquito previsible, si fuera un poquito respetuoso con la probabilidad, podríamos asegurar que, tras la victoria ante Rusia por cuatro goles a uno en la primera fase de la Eurocopa, el equipo de Aragonés tenía asegurado el pase a la final. En aquel partido, todo la prensa española coincidió en señalar el enorme partido que había cuajado 'La Roja', la gran superioridad española sobre el césped y la magistral actuación de Villa. Sin embargo, Igor Korneev, ex jugador del Espanyol y del Barcelona, actualmente ayudante de Hiddink, afirma que "aquel partido no lo ganó España, sino que lo perdió Rusia".

Lo que faltaba. Ni siquiera la certeza más absoluta parece incuestionable. Y tal vez tenga razón el dichoso Korneev. El España-Rusia fue un partido extremadamente abierto hasta que los de Aragonés lograron anotar el primer gol. Hasta ese momento, el choque podría haberse decantado hacia cualquiera de los dos lados. Además, el equipo ruso ha madurado en 15 días lo que España llevaba buscando 24 años, como demostró en su astronómico partido ante Holanda. De este modo, puede decirse que no hay nada decidido de cara al enfrentamiento de mañana, y que ambos equipos parten en igualdad de condiciones. En un mundo de incertezas y relativismos como el fútbol, Cesc Fabregas ha pronunciado una frase inapelable y que resiste a cualquier duda metódica: "Si pensamos que el partido de Rusia va a ser como el inaugural ya vamos a salir perdiendo 1-0".