Termina la 67 edición de la Feria del Libro, impasible ante la crisis

Madrid.-  "¿Crisis?, ¿qué crisis?", se preguntaban los de Supertramp, que acuñaron una frase que hoy se presta para describir la sensación de los libreros y editores consultados por Efe el día de cierre de la 67 edición de la Feria del Libro: las ventas han toreado con soltura los augurios más negros.

El director de la Feria del Libro, Teodoro Sacristán, entrevistado por Efe, no ha querido dar cifras porque así se pactó hace años, pero los editores y los libreros no han sido tibios. No solo han orillado la crisis sino que aseguran que las ventas han superado en algunos casos en un 15% de las que se hicieron el año pasado.

Sacristán estaba "muy contento" porque, decía, las ventas habían aumentado, "como mínimo", tanto como lo hicieron el año pasado sin que en estos 17 días se haya notado "ni de lejos" la crisis.

Buena prueba es que la editorial Siruela, la que publica a la "superventas" Cornelia Funke, ocupando como ha ocupado la última caseta de la feria, se "ha hartado" a vender y no solo porque ayer Funke firmara allí 400 ejemplares, sino porque de sus otros "puntos fuertes" -"La tercera virgen" de Fred Vargas y "Mal de piedras" de Milena Agus- ha tenido que reponer varias veces.

"El sitio es muy importante si eres librero, pero no si eres editor. Te buscan donde estés", ha explicado a Efe Manuel Gil, de Siruela.

Según sus datos, el 70% de los que visitan esta feria, la más importante de España y uno de los acontecimientos culturales al aire libre más grande del país, no van habitualmente a las librerías.

Si Ken Follet pulverizó ayer todas las previsiones, con más de 2.000 ejemplares firmados en 3 horas, los "héroes" hoy no eran precisamente escritores.

La única "cola" que tenía guardias jurados para controlar a los "fans" era la que promovían Josep Lobató, Uri Sabat, Patricia López y Daniela Blume, los presentadores del programa de radio "Ponte a prueba" de Europa FM que han llevado a un libro sus anécdotas.

"Son lo máximo", decían Clara y Adriana, de 16 años, ajenas al resto de la Feria e insensibles a la lluvia y al sol que se han turnado durante toda la mañana.

"Es mágico", ha dicho a Efe Natalia Madera de la FNAC sobre la fidelidad de los visitantes haga el tiempo que haga, el mismo adjetivo que ha empleado Sacristán para describir a la clientela de esta feria, abierta el 30 de mayo con un tiempo "criminal" que no ha dejado de hacer "las suyas" en todos estos días.

"No solo vende Funke. Fernando Sánchez Dragó no ha parado, como tampoco lo ha hecho Rosa Montero, Julia Navarro, Eduardo Mendoza o Boris Izaguirre", asegura Madera, que coincide de nuevo con Sacristán en que ya "no se pasea la Feria. Se compra".

Otros, como el ministro de Cultura, César Antonio Molina, viene a ver "cómo van" sus libros, según ha explicado a Efe cuando seguía el hilo, como un visitante más, del collar que forman las 364 casetas que han instalado 428 expositores.

"Todos los años vengo, me doy una vuelta y sigo atento su pulso", ha añadido Molina, autor de varios libros.

En la editorial Planeta estaban también "supercontentos", según José López, porque "no han parado". Aunque el anunciado Federico Jiménez Losantos no había comparecido, César Vidal tenía también en esa caseta admiradores constantemente.

Más o menos en el ecuador de la feria se situaban, precisamente, las casetas que representan a los homenajeados en esta edición: los países de Latinoamérica.