Las acusaciones mantienen que el anciano conquense mató con alevosía a su mujer

Cuenca.-  Todas las acusaciones han pedido hoy que se considere a Bernabé Félix T.B., de 76 años, responsable del asesinato de su mujer, Flora Martínez, pues, a su juicio, la mató con alevosía con un cuchillo de cocina y siendo consciente de lo que hacía el 28 de febrero de 2006.

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(EFE)

Félix T.B., de 76 años, durante la segunda jornada del juicio con jurado popular que le juzga en la Audiencia Provincial de Cuenca por matar a su mujer con un cuchillo en febrero de 2006.

Al término de la vista oral del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Cuenca, el fiscal, la acusación particular y los letrados representantes del Estado y de la Junta de Comunidades, han mantenido sus calificaciones provisionales, mientras que la defensa del acusado ha insistido en que no sabía lo que hacía.

Los letrados de las acusaciones y el fiscal han señalado que Félix T.B. actuó de forma alevosa, sin dar a la víctima la posibilidad de defenderse y asegurándose de que no corría ningún peligro.

Asimismo, han opinado que el hombre era consciente de sus actos en el momento de atacar a su mujer con un cuchillo de cocina, el 28 de febrero de 2006, cuando estaba acostada en una cama de la vivienda que tenían en Cuenca capital, aunque residían en el municipio de Buciegas.

Según las acusaciones, no cabe interpretar que el procesado actuó con una enajenación mental transitoria ni bajo el síndrome confusional agudo que padecía cuando apareció ese mismo día en la Comisaría de Policía después de haber estado vagando durante varias horas por la ciudad.

Sin embargo, el abogado defensor ha mantenido que no era consciente de sus actos cuando ocurrieron los hechos, por lo que ha pedido al jurado que dicten "un veredicto justo" y eximan al procesado de la responsabilidad penal.

El letrado de la defensa ha argumentado que no hay otra explicación para justificar la conducta de su defendido, ya que no había ningún motivo aparente para matar a su mujer, con la que llevaba 52 años casado sin que hubieran habido ningún problema entre ellos, según se ha puesto de manifiesto en la vista oral.

En este sentido, ha aseverado que "cuando alguien mata a su mujer es porque tiene un motivo muy serio o porque está loco" y, en este caso, una pequeña discusión que parece que hubo entre ambos, "no es suficiente motivo para matar a su esposa".

El abogado defensor ha señalado que hay indicios que indican que su cliente pudo sufrir una enajenación mental, ya que en la vista ha quedado acreditado que el procesado tenía un trastorno depresivo recurrente y que padecía hipertensión y otros factores desencadenantes.

Precisamente, la segunda jornada de la vista oral se ha centrado en las comparecencias de peritos, psiquiatras y médicos, que han dado a conocer distintos informes sobre el posible estado psíquico del procesado en el momento en el que ocurrieron los hechos, que en algunos casos ofrecían conclusiones discrepantes.

Así, el forense de la Audiencia Provincial de Cuenca, Antonio Hidalgo, ha dicho que no hay ninguna prueba de que cuando cometió los hechos padeciera un síndrome confusional agudo y que en los distintos informes no se determina la existencia de algún tipo de trastorno psiquiátrico.

Hidalgo ha indicado también que el delito cometido no es característico de alguien que padezca síndrome confusional agudo y que no hay relación patológica psíquica entre el cuadro depresivo que padecía con un delito de este tipo.

En cambio, el psiquiatra Alfonso Rodríguez ha explicado que en su opinión "la capacidad de entender y obrar" del procesado "se encontraba alterada" y que es muy probable "que su capacidad cognitiva y volitiva se encontraba severamente afectada en gran intensidad".