El rey Miguel recupera la propiedad del Palacio Peles

Bucarest.-  El rey Miguel I de Rumanía vuelve hoy como propietario legítimo a la antigua residencia estival de los monarcas rumanos, el Palacio Peles de Sinaia, en los Cárpatos Meridionales, 60 años después de su abdicación forzosa y casi 19 años tras la caída del comunismo.

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(EFE)

El rey Miguel de Rumanía.

Cientos de rumanos algunos con banderas nacionales acudieron al jardín del Palacio para saludar al depuesto rey que vino acompañado de su esposa Ana de Borbón y Parma, de la princesa heredera Margarita y el esposo de ésta, Radu de Hohenzollern Veringen.

El rey Miguel, de 86 años, eligió el día en que los cristianos ortodoxos celebran la Ascensión y rinden homenaje a sus héroes y antepasados para cumplir una ceremonia en este palacio al que considera "símbolo de la nación rumana, independiente y unificada".

"Rumanía vive una reparación histórica y de identificación. Espero que mi vuelta definitiva y total a Peles y a Sinaia (la sede histórica de la Familia Real) sea el comienzo del respeto definitivo y total a la propiedad privada, a la dignidad, democracia y las libertades en la sociedad rumana", declaró el depuesto monarca.

Miguel I aseguró que el Palacio Peles "quedará abierto para la eternidad a los rumanos" que encontrarán allí no solo bellos objetos, sino también "una familia que da sentido a la nación".

Añadió conmovido que "la más bella corona es la confianza y el cariño de los rumanos".

La pareja real salió al balcón para saludar a los presentes en los jardines del Palacio en medio de los aplausos y ovaciones de los asistentes que voceaban "!El Rey y la Patria!".

El Palacio Peles fue construido a fines del siglo XIX por el primer monarca constitucional de Rumanía, Carol I (1866-1914) con sus fondos propios como residencia estival de los reyes, según los planes de los arquitectos Johannes Schultz y Karel Liman.

El edificio al estilo neogermánico situado en un paisaje de singular belleza, con 160 habitaciones y una torre central de 66 metros, es el más hermoso palacio de Rumanía y uno de los más visitados museos del país.

Tras la abdicación del rey Miguel en diciembre de 1947, el Palacio Peles fue confiscado por el poder comunista y convertido en museo a partir de 1953.

En los últimos años de la dictadura de Nicolae Ceausescu fue totalmente cerrado al público, junto con los demás edificios históricos del dominio de Sinaia, pero tras la caída del comunismo, en 1989, el palacio volvió a abrir sus puertas como museo.

El rey Miguel recuperó del Estado rumano la propiedad de Sinaia en 2006, conforme a las leyes vigentes en cuanto a la restitución de las propiedades confiscadas por los comunistas.

Con anterioridad, en 2001, el Gobierno propuso una ley especial por la que el Estado ofrecía 30 millones de euros para guardar el Peles y los demás edificios del dominio de Sinaia, ley que entonces no fue aprobada por el Parlamento por considerarse anticonstitucional.

Miguel I decidió guardar para siempre el Palacio Peles como museo y utilizar para la Familia Real el más pequeño Palacio Pelisor, mientras que el de Foisor, donde él nació en noviembre de 1921, quedará a disposición del presidente de Rumanía.