Palos de ciego

"¿Dónde va a estar mejor la selección de todos los españoles que en la televisión de todos los españoles?", repitió ayer María Escario en todos y cada uno de los informativos de TVE. Estaba promocionando la cobertura que la televisión pública tiene previsto hacer de la Eurocopa de fútbol, "con 20 profesionales desplazados a Austria". Es decir, que cuando Escario decía "la selección de todos los españoles" se refería a la selección española de fútbol, y cuando hablaba de "la televisión de todos los españoles", se refería a la televisión pública española. Por si les quedaba alguna duda.

Iván Quintero (EFE)

La selección jugará en Cuatro.

"Las mejores imágenes, la mejor información sobre la selección española de fútbol, en TVE… Nos ponemos la roja", repetía incansable la información-promoción. Olvidaron informar a los telespectadores, vaya por Dios, de un pequeño detalle: que es la cadena privada Cuatro quien retransmite los partidos. TVE tiene que conformarse con los amistosos previos (hoy es el último, España-Estados Unidos) y con la presencia en éstos de un Alfredo Relaño que, después de esta noche, deja TVE y se va con Cuatro a retransmitir la Eurocopa. La de verdad, no sé si me entienden: los partidos. En TVE, las mejores imágenes. En Cuatro, los partidos.

El compromiso de TVE con el deporte parece importante. Ayer, sin ir más lejos, puso patas arriba el prime time (horario estrella) de La 1 al sustituir la película prevista ("Inmersión letal") por el partido de baloncesto que estaba anunciado en La 2, hueco que a su vez rellenó con sendos documentales. ¿Intuición? ¿Búsqueda desesperada de audiencia? ¿Desprecio al telespectador, a la programación?

Teniendo en cuenta que los dos primeros partidos de la final de la Liga ACB habían obtenido unas audiencias aceptables para La 2 (5,9% y un millón de espectadores el primero, y 7,6% y 817.000 el segundo), alguien pudo creer que había motivo suficiente para dar una oportunidad al basket en La 1. Una retransmisión con dos aspectos diferentes. El positivo: la mejora importantísima en la realización, que por fin ha comprendido que mientras el balón está vivo no se pueden emitir repeticiones. El negativo: ni Romay ni Epi están a la altura como comentaristas en partidos de esta importancia.

En TVE, los resultados de esta política digamos que tan… abierta a improvisar, de una programación digamos que tan… poco estable, están a la vista. "Plan América", "Hijos de Babel" o el más reciente "Yo estuve allí", de Carolina Ferre, son algunos de los programas que han sido eliminados a la primera de cambio, sin apenas oportunidades. Un mal trato similar al que sufren series como "Sobrenatural", que regresa mañana a TVE para sustituir a "No disparen al pianista", que pasa a los domingos. "Sobrenatural" es, por si ustedes no lo saben, una serie muy digna que se estrenó en La 1 el verano pasado. En marzo se emitieron algunos episodios de la segunda temporada, pero un buen día desapareció de golpe. Ahora regresa a traición, al parecer desde el capítulo en que se quedó colgada, sin previo aviso, con nocturnidad y alevosía. Un nuevo crimen televisivo.

Un motivo para no ver la televisión

Bo Diddley

Ellas Bates, también llamado Ellas McDaniel, pero más conocido como Bo Diddley, nació en una granja algodonera de Mississipi en 1929. Fue boxeador antes que violinista y guitarrista. A mediados de los cincuenta, después de trabajarse los blues en calles y burdeles, se colgó una Gretsch con la caja cuadrada y levantó los cimientos del rock and roll. Piensen que suyo es el riff, esa secuencia de notas repetida a lo largo de una canción hasta crear un sonido hipnótico.

¿El ritmo de la jungla? Mucho más que una simple etiqueta basada en su afición por los ritmos tropicales. Diddley señaló el camino que luego seguirían la mayoría de bandas de rock del planeta, desde los Rolling Stones al último grupo que se pudre en un garaje de Texas. Era puro ritmo, y sus canciones, perfectas piezas de una música eterna, soportan el paso del tiempo con una frescura sobrehumana. Murió el pasado lunes a los 79 años.

Cualquiera de sus seis primeros discos, grabados a finales de los 50 y primeros de los 60, son incuestionables obras maestras. La Biblia del rock and roll.

El correcaminos

Uno de sus clásicos: "You Cant Judge A Book By Its Cover"

Los programas de tv que se hacían en los USA en los 60…

Con Tom Petty haciendo «Mona» en el Filmore