"García Márquez se empeñó en ponerle mariposas al periodismo"

José Salgar es el MAESTRO, no sólo del cuentista Premio Nobel sino de varias generaciones de periodistas. Desde el diario colombiano 'El Espectador' se ha pasado la vida enseñando el oficio con honestidad y vigor. A sus 87 años nos habla de la intensa relación que mantuvo con García Márquez y de la excitación que le produce eso del periodista multimedia. Un honor.

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Salgar participa en las jornadas organizadas en la APM.

"En El Espectador no había duda: la materia prima era la verdad y nada más que la verdad y eso nos mantenía en una tensión invivible. José Salgar y yo terminamos en un estado de vicio que no nos permitía ni un instante de paz ni en los reposos del domingo". Gabriel García Márquez relata en 'Vivir para contarla', sus memorias de infancia y juventud, numerosos episodios compartidos. Y es que debe ser imposible olvidar a quien se empeña en que tu trabajo resulte aun más brillante de lo que ya es. "Sabía que Salgar era el mejor maestro, pero me cerraba las puertas quizá con la esperanza de que las tumbara para entrar a la fuerza", aclara Márquez en la web de su fundación Nuevo Periodismo. Y es que en los años en los que ambos fueron 'cómplices en hacer un nuevo género periodístico' -cuenta Salgar- Gabo era un escritor en ciernes, dedicado a dar forma al realismo mágico en los relatos cortos que publicaba con éxito en suplementos culturales.

José Salgar, conocido en la profesión como el Mono Salgar, nació en 1921 y a pesar de su edad no parece vivir anclado en el pasado. "Aunque empecé en la edad del plomo y ahora vamos por la del blog, el problema sigue siendo el mismo: contar mejor que los demás el cuento. El periodismo hay que inventarlo en cada historia que se escribe, es un constante poner a prueba la imaginación". Ese objetivo, idéntico al de García Márquez desde hace ya 60 años, creó escuela. Juntos revolucionaron la forma de plantear y ejecutar los reportajes. "Gabo llegó a Bogotá, una ciudad muy fría, de Macondo, una tierra muy cálida, con un gran afán literario y se empeñó en ponerle calientes mariposas amarillas al periodismo", explica con una fina ironía Salgar. "El antes y el después fue un suceso sobre un náufrago de la Marina que tras 10 días a la deriva, apareció en una playa en 1955. La noticia parecía muerta pero Gabo la resucitó dosificándola en 15 capítulos, con tal ingenio que los lectores hacían cola antes de que saliera para comprar el periódico los primeros". El veterano periodista disfruta saciando mi sed.

Sentado en un gastado sofá de piel en el vestíbulo de la Asociación de la Prensa de Madrid, le chisporrotean los ojos como si fuera un niño travieso anticipándose a sus reflexiones: "El periodista debe comportarse como un sabueso para olfatear, descubrir y ladrar, pero no morder". Me confiesa que ése es el tema que tratará mañana en su charla, dentro de las jornadas que la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano organiza en la Asociación de la Prensa de Madrid. "También me referiré al periodista picapleitos, que envanecido se convierte en juez, en lugar de contar la verdad, bien dicha y con responsabilidad. Hoy un gesto o una palabra influyen mucho".

José Salgar (izqda), Enrique Santos Calderón (centro) y Gabriel García Márquez (drcha) compartiendo mesa.

Deambulamos por el rigor que "siempre ha faltado", o nunca es suficiente, en este oficio de informar y se centra en su actual preocupación, "inventar al periodista multimedia". Con la Red como inacabable fuente de noticias se precisa una profunda revisión de los principios de esta profesión. "Internet es un juguete, con el que cualquiera puede jugar. Es parte de su grandeza pero también de su debilidad. Los lectores ya no necesitan saber leer ni escribir, basta un vistazo". Su mirada le vuelve a delatar. "Y eso, junto a que los dueños de los medios de comunicación sólo saben sumar y restar, es un desastre. Sin embargo, yo creo que se está recuperando el interés por la lectura, por la opinión, por el buen periodismo". Tras la impagable terapia que me acaba de regalar, José Salgar se despide recordándome un aniversario que le enorgullece. "Ahora se cumplen ya mis 75 años como periodista".¿Sólo?