Cada vez son menos los médicos que realizan el tradicional Juramento Hipocrático y, en su lugar, realizan la Declaración de Ginebra. Una versión realista y actualizada de los deberes morales y éticos del médico hacia el paciente.
Llega un momento, en la vida de todo estudiante de medicina que pasa a convertirse en médico, en el que jura o promete ante la sociedad unos principios éticos y morales aplicados a su futura profesión. Es el emblemático acto de Juramento Hipocrático en el que, como veremos a continuación, cada vez se utiliza menos dicho juramento para dejar paso a uno más actual y moderno.
A pesar de su carácter milenario, el Juramento Hipocrático original dista mucho de los principios éticos y morales de la actualidad. Tanto es así, que un médico con una ética y moral incorrupta podría quebrantar perfectamente el juramento en varios momentos de su profesión. Basta tan sólo leer el "apolillado" texto para comprender el porqué de esta afirmación:
Juro por Apolo el Médico y Esculapio y por Higea y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que este mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento. A aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mandamiento y si lo desea participará de mis bienes. Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo. Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.
Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. A nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer pesario abortivo; mantendré mi vida y mi arte alejado de la culpa.
No operaré a nadie por cálculos, dejando el camino a los que trabajan en esa práctica. A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos.
Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas.
Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro.
Para empezar, el hecho de que un médico jure por unos dioses de hace milenios en los que ya nadie cree no es algo que inspire precisamente mucha confianza. Pero, sin lugar a dudas, las frases más llamativas son las siguientes:
"No operaré a nadie por cálculos". Es difícil comprender la razón de este compromiso sin saber que antes la cirugía era considerada un campo diferente de la medicina en la que además estaba muy mal visto el intrusismo. Los que operaban no eran médicos, sino barberos, pues se suponía que ellos tenían más conocimientos para la realización de determinadas "tareas manuales" tales como las cirugías de cálculos renales y biliares. Poco sentido tiene en la actualidad este juramento en un médico que va a convertirse en cirujano porque casi con toda seguridad quebrantará su juramento hipocrático sin haber realizado ningún acto despreciable.
"No daré a ninguna mujer pesario abortivo". Asentado en los principios éticos de la antigua Grecia, esta afirmación ya no tendría sentido en la actualidad frente a los tres supuestos legales de aborto en España: grave defecto físico y psíquico del feto, violación y grave riesgo para la salud física y psíquica de la madre.
"Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas." La visión de la medicina de aquella época era como una hermandad. La disciplina se aprendía de padres a hijos y entre colegas mientras al resto de mortales se les vetaba el acceso a su aprendizaje. Esto a día de hoy no tiene ningún sentido, con una carrera de medicina asentada en la universidad en la que se puede acceder por méritos académicos y no por una cuestión familiar.
A pesar de las incoherencias anteriores con el panorama actual, el juramento hipocrático es emblemático por una razón: Fue la primera declaración oficial de compromiso del médico con su paciente. Los puntos clave del juramento son, sin lugar a dudas, la búsqueda del beneficio y el bien del enfermo además de la preservación de su secreto. Unos puntos que, por muchos siglos que pasen, jamás quedarán obsoletos.
Ya no todos los médicos juran con el Juramento Hipocrático (aunque el acontecimiento quede reflejado como Acto de Juramento Hipocrático) sino que se utiliza la Declaración de Ginebra. Ese ha sido el caso de mis compañeros y yo misma cuando realizamos el juramento hace unos días en Valencia. Se nos entregó en mano el Juramento Hipocrático pero "prometimos" en base a la declaración de Ginebra. Un juramento redactado para ser una alternativa útil al Hipocrático y acorde con nuestra realidad que dice así:
Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad;
Otorgar a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen;
Ejercer mi profesión a conciencia y dignamente;
Velar ante todo por la salud de mi paciente;
Guardar y respetar los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente;
Mantener, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;
Considerar como hermanos y hermanas a mis colegas;
No permitiré que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente;
Velar con el máximo respeto por la vida humana;
No emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas, incluso bajo amenaza;
Hago estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.
Así pues, cuando veas a un médico relativamente joven saltarse a la torera la ética y moral profesional, posiblemente te equivoques al decir que quebranta el Juramento Hipocrático. Porque muy posiblemente no lo haya hecho y lo que esté quebrantando sea la Declaración de Ginebra que realizó cuando se convirtió en médico.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Vaya forma sutil de contarnos que ya has acabado. De parte de uno que lo juró hace casi tantos años como tienes, enhorabuena. +
Y yo que pensaba que la Declaración de Ginebra era avisar al aduanero del número de botellas de ginebra que llevabas en la maleta... +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Asnoterapia. Cada vez más terapeutas confían en las bondades del burro para tratar dolencias como el alzheimer y el autismo
En: elcomerciodigital.com
Recomendación: Óscar
La niña avilesina, que nació con una lesión cerebral, muestra los avances de su tratamiento en EE UU
En: elcomerciodigital.com
Recomendación: Óscar
Un estudio cuestiona la eficacia de los payasos para disminuir el malestar psicológico de los niños hospitalizados
En: psicoteca.blogspot.com
Recomendación: lamarde
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.