¿Cómo verías que se racione el CO₂ que puede emitir cada uno?

Un comité parlamentario británico ha recomendado la implantación de un sistema de créditos de carbono por el cual cada ciudadano tendría que controlar las emisiones de CO₂ que genera y pagar por los excesos. ¿Qué opinas de este sistema?

(EFE)

Según la propuesta, cada ciudadano tendría una cuota máxima anual de consumo de combustible y energía, y en el caso de sobrepasarla tendría que comprar créditos a otros que gasten menos.

De esta forma, el ciudadano tendría que sopesar bien en sus actividades cotidianas el consumo energético y de combustible. Tendría que pensar, por ejemplo, la cantidad de CO₂ que gasta si viaja en avión para no superar el tope establecido.

Según el Parlamento británico, esta propuesta se llevaría a cabo utilizando los sistemas contables y de transacciones ya existentes. Cada ciudadano tendría una 'cuenta de créditos de carbón' y con una tarjeta de crédito podría ir comprando combustible en una gasolinera.

Hemos preguntado a distintos especialistas su opinión sobre este sistema:

-Joaquín Nieto, presidente de honor de la Fundación Laboral Internacional para el Desarrollo Sostenible:

Somos partidarios de este tipo de medidas. Si este sistema se aplica individualmente hará que sea más equitativo y que fomente la conciencia y la responsabilidad medioambiental de cada ciudadano. Ya se han planteando antes medidas de este tipo, por ejemplo, para controlar las emisiones de los coches se estudia implantar un sistema GPS que en base a los kilómetros recorridos y al modelo de coche, calcule las emisiones. En el caso de un viaje en avión, la compañía aérea tendría que informar en el mismo billete la cantidad de CO₂ correspondiente. Otros sistemas con los que estamos de acuerdo son la aplicación directa de una tasa por CO₂: un impuesto por el queroseno en los billetes aéreos, una tasa al comprar la gasolina... Es importante que todo este sistema se gestione de una forma eficaz y transparente ya que sino podría convertirse en un sistema inoperante y costoso.

- Jean-Bernard Audureau, portavoz de la Asociación General de Consumidores ASGECO:

Creo que lo que plantean en Inglaterra es un método de dudosa viabilidad. Se puede pedir un cierto esfuerzo al consumidor pero de forma proporcional -los consumidores representan el 30% del consumo global-. Este sistema de créditos de carbono es interesante para sensibilizar al ciudadano pero siempre y cuando venga acompañado de otras medidas, como por ejemplo, el fomento del transporte público y otras soluciones menos contaminantes. Nuestras ciudades no son sostenibles y no sería justo hacer pagar más a un ciudadano que tuviera que verse obligado a tomar el coche todos los días para ir a trabajar (sin opción a tomar el transporte público), que otro ciudadano que pudiera ir en bici o andando a su puesto de trabajo. El consumidor es responsable y como tal debe asumir responsabilidades, ahorrar y cuidar su consumo, pero no siempre tiene elección por lo que se deberían hacerse muchos matices en la implantación de este sistema para que se adaptara a la diferente situación de cada uno de los usuarios.

-Cecilia Foronda, coordinadora del proyecto CeroCO₂ de la Fundación Ecología y Desarrollo:

El sistema de créditos de carbono individuales es una medida muy innovadora que involucra explícitamente a la población en el esfuerzo de frenar el calentamiento global de planeta creando un sentido de responsabilidad compartida e incidiendo directamente en los hábitos de consumo de la población. El éxito de la medida reside en fijar un precio adecuado de los créditos de carbono individual que logre desincentivar el consumo de energía y combustible de los ciudadanos. Con este sistema habría beneficios directos para las personas con menos recursos económicos, si se compara con los sistemas fiscales tradicionales que contemplan deducciones en las tasas. Al adjudicar una cantidad de emisiones igual a todos los ciudadanos, aquellos que necesitan emitir más, normalmente con un nivel adquisitivo mayor (más viajes en avión, coche, ocio, etc.) tienen que comprar derechos a aquellos que emiten menos que la media, normalmente con un nivel de vida menor consiguiendo un ingreso directo. No obstante, habría que estudiar este impacto con mayor detalle ya que también podría ocurrir que las clases mas desfavorecidas sobrepasasen sus cuotas de emisión debido al mayor consumo de energía asociado a sus viviendas más antiguas y peor aisladas.

¿Cuál es tu punto de vista sobre esta medida?