Dulko salva el honor argentino en la segunda jornada de Roland Garros

París.-  Gisela Dulko dio hoy la única alegría al tenis argentino en la segunda jornada de Roland Garros, con una trabajada victoria en un encuentro que había comenzado la víspera y que sirvió de contrapeso a las derrotas de los dos Guillermos, Coria y Cañas, además de la de María Emilia Salerni.

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La lluvia impidió que se disputaran 31 partidos, entre ellos el final del que Juan Ignacio Chela jugaba contra el estadounidense John Isner cuando el argentino había cedido los dos primeros sets, 6-2, 6-3, había ganado el tercero 7-5 y dominaba el cuarto 4-1.

Ni siquiera saltó a la cancha Martín Vassallo Argüello, que se medirá al español Feliciano López.

La lluvia dejó pendiente una jornada que contrastó con la víspera, cuando la legión argentina pasó casi en pleno a la segunda ronda.

Las derrotas de Coria y Cañas fueron completamente diferentes. La de "el Mago" fue dulce porque permitió comprobar que todavía conserva su tenis, que puede volver a ser el temible jugador que reinó sobre la tierra batida antes del imperio de Rafael Nadal.

Perdió contra el español Tommy Robredo, duodécimo cabeza de serie y catorce del mundo, pero le ganó un set y le plantó cara todo el encuentro, que acabó 5-7, 6-4, 6-1, 6-4.

"Me ha faltado ritmo pero he jugado de igual a igual al catorce del mundo", dijo satisfecho el "Mago" que parece haber olvidado del todo el trauma de la final que perdió en 2004 ante Gastón Gaudio cuando la tenía ganada.

Más amarga fue la derrota de Cañas, la quinta consecutiva de un jugador que ha perdido su chispa y su solidez. Cayó en tres mangas frente al estadounidense Wayne Odesnik, 7-6(6), 7-6(3), 7-6(8). Forzó tres juegos de desempate pero en ningún momento dio sensación de poder ganarlos.

"Así no puedo seguir", afirmó al término del partido, sin querer desvelar el significado de esas palabras ni el alcance y los motivos de la crisis de su juego.

No es físico lo que tiene Cañas, es mental. Ahora lo analizará y tomará decisiones para solucionarlo, aunque no dio ninguna pista de cuales pueden ser esas decisiones.

También perdió Salerni, contra la rusa Anastasia Pavlyuchenkova en un doble 6-1 que, como confesó la tenista, demuestra que no logra hacer remontar su carrera tras haber sido número uno en júniors.

La única sonrisa la portó Gisela Dulko, que se impuso a la italiana Sara Errani por 6-4, 4-6, 7-5 en un partido que la víspera fue suspendido por falta de luz cuando las opciones de la argentina parecían pocas.

"Fue una suerte que se suspendiera porque tenía calambres y no sé que hubiera pasado", afirmó la tenista, que perdía 3-1 la tercera manga cuando se echó encima la noche del domingo.

Su victoria en Roland Garros pone fin a la mala racha que había encadenado, víctima de problemas físicos que le hicieron bajar su rendimiento de forma preocupante.

Ahora le espera en segunda ronda la francesa Alizé Cornet, cabeza de serie número 19.

También se marchó con una sonrisa el chileno Fernando González, cabeza de serie 24, que no dio opciones al uruguayo Pablo Cuevas, al que derrotó por 6-3, 6-3 y 6-1.

El chileno aseguró que se siente mejor que en años anteriores, en una temporada en la que ha disputado menos encuentros pero en los que su nivel, dijo, ha subido enteros.

El colombiano Santiago Giraldo vivió una jornada trepidante. La repentina ausencia del francés Richard Gasquet por un problema en la rodilla le permitió entrar de forma fulgurante en el cuadro final.

Media hora antes del partido contra el francés Florent Serra ni siquiera sabía que iba a disputar el cuadro final de Roland Garros por segunda vez en su carrera, después de que el año pasado cayera en primera ronda contra el serbio Novak Djokovic.

"Al principio fue una gran alegría, pero luego me puse muy nervioso por tener que jugar. Había comido y no tuve tiempo ni de darme cuenta de que iba a la pista", señaló.