El embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, militante del PSOE, ha pedido a los españoles, "católicos y no católicos", que en su declaración de la renta "pongan la equis en la casilla de la aportación social a favor de la Iglesia", para apoyar "la gran obra que la Iglesia española y las instituciones vinculadas a ella desarrollan en nuestra sociedad".
Paco Vázquez es embajador ante la Santa Sede.
Serán los estragos de la grappa, dirán unos. Será el síndrome de Estocolmo, dirán otros. Habrá quien piense que el hombre tiene su parte de razón: la emisora de los obispos acaba de renovar a Losantos, conviene empezar a preparar nuevas manifestaciones católicas contra el Gobierno, y entre una cosa y otra, todo son gastos para la Iglesia.
Pero no se trata de eso. La explicación es mucho más simple: los diplomáticos españoles son gente abierta y comprensiva, y trabajan para hacer amigos en su país de destino. ¿Queremos ser queridos en el mundo? Pues para eso están nuestros embajadores. Como bien dice el propio Vázquez, desde que está en Roma las relaciones entre España y el Vaticano son "magníficas" y se desarrollan en "un clima de diálogo y confianza". Es justo lo que pienso yo cada vez que el Papa pone a parir al Gobierno de Zapatero, sea por el laicismo, por la enseñanza, por las bodas gays, por el aborto o por lo que sea. Y es que donde hay confianza, ya se sabe, da asco.
Propongo, desde aquí, que otros embajadores secunden al embajador Vázquez, y apoyen, en nombre del diálogo y la confianza, las iniciativas de los gobiernos ante los que trabajan, como dignos representantes de España. Ya está tardando el embajador en Pekín en pedir el empalamiento público del Dalai Lama. Y el embajador en Venezuela, ¿cómo no ha conseguido aún que TVE emita el estupendo programa 'Aló presidente' del estadista y 'showman' Hugo Chávez? El embajador en Washington debería apretar un poco para que las tropas españolas vuelvan a Irak. Y al embajador en Tel Aviv ¿cómo es que no se le oye pedir mano dura contra los palestinos?. En cuanto al embajador en París, confío en que si España se cruza con Francia en la Eurocopa, vaya al estadio con la bandera tricolor y gritando a grandes voces 'Allez les bleus'.
Por supuesto, estoy de acuerdo con el embajador Vázquez. En cuanto los obispos dejen de hacer política y negocios escolares, y dediquen todo su dinero a Caritas, yo pongo la cruz en la declaración y, además, invito a Rouco a una caña con olivas.
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Anatoli es extranjero y célibe. Está dotado de una poderosa ignorancia, lo que le convierte en un polemista temible. Le gustan el fútbol, los membrillos y los sucesos truculentos. Nunca ha escrito un blog. Parece improbable que le permitan intentarlo de nuevo.
Lo tengo claro, ni un duro. El que quiera lujos, vicios y buena vida que curre como hacemos en mi casa. +
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A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
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