¿Se parecen los sueños de hoy a los sueños de ayer?

"Rojos", revolucionarios y democristianos ya maduros. Estudiantes burgueses y obreros con beca convertidos hoy en catedráticos, abogados y eminencias del periodismo. Nacieron en plena dictadura. Eran pocos y miraban a Europa, sobre todo a París, que bullía en pleno mayo del 68. Ahora muchos de ellos peinan canas. Rondan los sesenta y no dudan en hurgar en sus recuerdos declarándose sentimentales pero no nostálgicos. Recuerdan lo que vieron o lo que les han contado de aquel mayo de 1968 y se preguntan qué ha cambiado en los sueños de los estudiantes en estos últimos cuarenta años.

Juan Santiso

Raimon convocó a más de 6.000 estudiantes en el 68.

Era un 18 de mayo de hace cuarenta años y la sala estaba a rebosar. Raimon, un comprometido cantautor valenciano llegaba a Madrid y se estremecía al conocer la dirección del hostal en el que iba a alojarse: La calle Carretas, en el centro de Madrid, a pocos metros de la "siniestra" antigua Dirección General de Seguridad. Muchos se preguntan todavía cómo las autoridades franquistas dejaron a Raimon cantar en la Complutense. Ésta es precisamente la respuesta. Raimon iba a cantar en la universidad, donde las garras de la censura tenían menos mano. El valenciano vuelve esta noche para rememorar el particular mayo del 68 de aquellos estudiantes. ¿Qué ocurrirá hoy en la Complutense? ¿Volverá a encontrarse Raimon con aquellos estudiantes ansiosos por un cambio?

El ayer

Hoy es un periodista consagrado y escribe en El País. Ángel Sánchez Harguindey reconoce que ya no es tan radical como era entonces, pero no le importa recordar que estuvo allí a pesar de que, según cuenta, lo vio de lado y de malas maneras. "Fue un acto importante en ese contexto en el que se sucedían asambleas y se formaban asociaciones estudiantiles", recuerda.

En su opinión, el recital de Raimon en la Complutense de Madrid "fue parte de una historia larga que empezó mucho antes del concierto y terminó mucho después". Eso sí, "a partir del concierto de Raimon el movimiento estudiantil se multiplica y pasa de unas 400 o 500 personas a unas 5.000".

Eso es precisamente lo que recuerda el director del gabinete del Rector de la Universidad Complutense y organizador del concierto, José Manuel García Vázquez. Tenía 12 años. "No fui por problemas de edad", bromea. Sin embargo, quedó impresionado por las historias que escuchó contar a su hermano mayor, uno de los líderes estudiantiles de la época, que le influyó de manera determinante.

Así describe lo que pasó en aquel "pequeño mayo español", como una "emoción colectiva". En su opinión, lo importante de aquel día no fue tanto la repercusión del acto, que no fue mucho más allá, como "la sensación que dejó a los que estaban allí, que pensaban que estaban haciendo algo importante". Esto es según José Manuel lo más significativo del concierto del cantautor valenciano, que "daba fuerzas a una generación" que luchaba por la democracia. "Dejó una actitud en esa generación y la siguiente", ya que la mano derecha del Rector de la Complutense cree que, como él, muchos se fijaron en lo que hicieron sus hermanos.

Hoy y mañana

Sánchez Harguindey cree que las connotaciones políticas de aquel momento eran diferentes. "Todos hemos aprendido en estos cuarenta años", señala. Así, aunque espera que el concierto de hoy sea "musicalmente más interesante" (en aquel momento era Raimon con una guitarra), está convencido de que "las connotaciones emocionales y políticas no podrían alcanzar a las de aquel día".

Sin embargo, José Manuel García Vázquez mira el lado pedagógico del acto. ¿Por qué ahora? Porque, según él, la educación universitaria "no puede reducirse a estudiar, hacer exámenes y salir" y, "al movimiento estudiantil le falta la educación en valores". Para él, este tipo de actos ayudan a "reincentivar el movimiento estudiantil" y a contribuir para que lo de hoy se parezca un poco a lo de entonces". Sin embargo, García Vázquez se declara "sentimental pero no nostálgico" y no cree que cualquier tiempo pasado sea mejor, sino que los estudiantes de hoy deben conocer cómo eran los estudiantes de aquel mayo del 68 en el que, por unas horas, miles de estudiantes se sintieron libres de verdad.

Los ojos que nos enseñaron el concierto

Juan Santiso

Muchos de los asistentes durmieron en la Dirección General de Seguridad.

El 18 de mayo del 68 sólo había un fotógrafo en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas: Juan Santiso. "Yo tenía buenos contactos", explica cuando le preguntas cómo se enteró del concierto. Estaba con su redactor, le avisaron del recital y en el periódico en el que trabajaba, 'Diario SP', sólo dijeron que se iban a un concierto.

"El director era un falangista" y el dinero lo ponía Girón de Velasco , "el León de Fuengirola, que era superfranquista". Así que Santiso supo desde el principio que no sería fácil publicar las fotos. Tardaron tres días en pasar la censura. "No querían publicarlas". Pero las rencillas personales permitieron que las imágenes vieran la luz. Según cuenta este fotógrafo, Girón de Velasco estaba enfrentado con Laureano López Rodó, que por entonces era ministro sin cartera con mucho peso en el Gobierno. "Las fotos perjudicaban a López Rodó y por eso se publicaron".

Hoy, Santiso tiene 64 años y sigue en activo, con un trabajo muy distinto (es editor gráfico de una revista) en el que la emoción no es la misma. Aquella noche de mayo, "todos teníamos miedo, y cada uno lo llevaba a su manera, porque sabíamos que fuera estaban los grises y tocaba correr. Pero mientras estuvimos dentro del concierto era como una fiesta. Estábamos transgrediendo el orden establecido y disfrutábamos como enanos".

Santiso explica que el concierto de Raimon fue un mérito de los estudiantes, que "tuvieron la habilidad de convencer el decano". "Prohibían básicamente todo, pero esto fue un gol de los estudiantes", así que fue fácil prever que al salir les esperaban 'los grises'. Santiso ha estado 20 veces en la Dirección General de Seguridad, "siempre por hacer fotos", pero no esa noche. "Me escapé con los carretes porque tenía que salvar las fotos".

Gracias a que Raimon dio la cara aquel día, 6.000 estudiantes sintieron el empujón de la democracia durante el concierto. Gracias a que Santiso fue hábil en su momento, millones de personas podemos volver a sentirlo desde entonces.