Alcoholímetros por ley en los bares... de Francia

Los franceses ya no tendrán excusas para coger el coche si se han pasado con las copas. Ayer, el ministro de Ecología Jean-Louis Borloo anunció una medida que pretende instalar de manera obligatoria alcoholímetros en todos los locales en los que se venda alcohol y que cierren de las dos de la madrugada en adelante. El objetivo es que todo el mundo pueda tener la posibilidad de conocer su tasa de alcohol para evitar los accidentes provocados por la suma de jóvenes, bebida y tráfico.

Fundación Alcohol y Sociedad

En España hay una gran oferta de alcoholímetros personales.

La medida será presentada en el Consejo de Estado en forma de decreto y se espera que entre en vigor el 1 de enero de 2009. Esta iniciativa ya se ha probado con éxito en 350 locales del oeste de Francia y, según Borloo, los propietarios de bares y discotecas se mostraron favorables a la instalación de los aparatos. El gobierno francés ha planteado esta medida como una manera de reducir los accidentes después de un fin de semana en el que han muerto 15 personas. En 2007, hubo más de 4.600 muertos en las carreteras del país galo.

Los españoles también tienen la posibilidad de saber su nivel de alcohol antes de ponerse al volante aunque el resultado no es 100% fiable. Hay muchas maneras de hacerse con un alcoholímetro 'personal' pero, pese a que algunos cuenten con la homologación del Ministerio de Industria, sus resultados no tienen validez ante un posible test de alcoholemia realizado por los agentes de Tráfico.

Muchos bares cuentan con alcoholímetros que funcionan con monedas pero no están obligados a pasar revisiones periódicas como los que utilizan los agentes de Tráfico puesto que su resultado no es vinculante. Lo mismo ocurre con los que se venden a través de Internet. Desde 20 euros se puede adquirir uno de estos aparatos pero los precios en la Red pueden superar los 150 euros, por un alcoholímetro "de fiabilidad totalmente asegurada", como rezan los anuncios. Las farmacias también ofertan estos aparatos, homologados por Industria, que pueden costar desde seis euros –para un alcoholímetro de un sólo uso– hasta los 54 euros, para uno automático.

La DGT siempre ha querido mostrarse al margen de estos sistemas porque defiende un mensaje de tolerancia cero hacia el alcohol cuando se conduce. Por su parte, algunas iniciativas privadas como la que llevan a cabo desde la Fundación Alcohol y Sociedad. Cada fin de semana recorren los bares de copas para que los jóvenes puedan comprobar de manera gratuita su nivel de alcohol y premian a aquellos con un resultado de 0.0.

En 2007, Nissan comenzó a probar un modelo de coche que llevaba incorporado un alcoholímetro como medida de seguridad. Los vehículos incluían un sistema que impedía que el coche arrancara si detectaba que el conductor superaba la tasa de alcohol en sangre.