El Sindicato cree un éxito la huelga de sanidad y el Gobierno de Aguirre ve escaso su apoyo

Madrid.-  El Gobierno regional madrileño y el sindicato FEMYTS discrepan de forma radical sobre la repercusión de la jornada de huelga en la sanidad pública regional, que los convocantes consideran "un gran éxito", mientras la Consejería de Sanidad sitúa su seguimiento por debajo del 10 por ciento.

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(EFE)

El Gobierno regional madrileño y el sindicato FEMYTS discrepan de forma radical sobre la repercusión de la jornada de huelga en la sanidad pública regional, que los convocantes consideran "un gran éxito", mientras la Consejería de Sanidad sitúa su seguimiento por debajo del 10 por ciento.

El consejero madrileño de Sanidad, Juan José Güemes, ha afirmado a mediodía que la incidencia de esta huelga "es cada vez menor en el conjunto de las instituciones sanitarias madrileñas", ha asegurado que el seguimiento del paro entre los médicos "ha sido ligeramente superior al ocho por ciento" y ha añadido que "prácticamente todos los servicios sanitarios" se desarrollaban "con normalidad".

Según la Consejería, el seguimiento global de la huelga apenas llega al 9,48 por ciento y no se ha suspendido "prácticamente" ninguna consulta ni intervención.

En cambio, la Federación de Médicos y Titulados Superiores (FEMYTS) asegura que la jornada de paro ha sido secundada por el 72,5 por ciento de los profesionales convocados y ha citado como ejemplo de su repercusión lo ocurrido en el centro de especialidades de Alcalá de Henares, donde "ninguno de los profesionales ha pasado consulta".

Tras reconocer que el seguimiento en el turno de tarde (73,23 por ciento) ha sido mayor en los médicos de asistencia primaria que en los de atención especializada, el sindicato ha recalcado que unas 1.500 intervenciones quirúrgicas programadas y unas 60.000 consultas especializadas se han visto paralizadas por la huelga.

Además, pese a que la Consejería destaca la "normalidad" de la jornada, el sindicato ha denunciado "numerosas incidencias", como el hecho de que en el Hospital Príncipe de Asturias se obligó a cambiar los servicios mínimos "por abusivos".

Según recalca FEMYTS, en varios hospitales trataron de excluir a los MIR de la huelga, al considerar que no son "personal facultativo", y en los hospitales de Vallecas y Gregorio Marañón trataron de no fijar servicios mínimos, aunque finalmente "no tuvieron más remedio".

La convocatoria ha afectado a todos los hospitales, ambulatorios, centros de especialidades, centros de salud, médicos residentes y servicios de urgencias, así como a la asistencia para residencias de mayores, discapacitados intelectuales, el Instituto Madrileño del Menor y la Familia y servicios centrales dependientes de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales.

En declaraciones a los periodistas, Güemes ha recordado que hay un acuerdo firmado con FEMYTS que "supuso unas condiciones retributivas y laborales muy importantes, que fueron calificadas de históricas" por el sindicato, y "los acuerdos hay que respetarlos".

El consejero de Sanidad realizaba estas manifestaciones a la entrada de la sede del Gobierno regional, en la céntrica Puerta del Sol, a escasos metros de unos 400 manifestantes reunidos a la misma hora por FEMYTS para hacer oír sus reivindicaciones.

Bajo una intensa lluvia, los manifestantes, algunos de ellos con batas blancas, coreaban "Güemes cabrito, mójate un poquito", y exhibían carteles en sus paraguas con lemas como "¿Qué pretende hacer el Gobierno con la Sanidad?", "Gádor Ongil (la consejera de Familia y Asuntos Sociales) no cumple ni dialoga" y "Por el cumplimiento; acuerdos MIR".

La portavoz del FEMYTS, Ana Giménez, denunciaba que se paga a los médicos madrileños "de forma indigna", con "turnos excesivos de trabajo en atención primaria", y aseguraba que "no se cumplen los acuerdos de 2006, sobre todo en cuanto a los MIR," y "están dejando desabastecidos a los viejos hospitales para llenar los nuevos".

Aprovechando el cartel "Madrid, Puerta de Europa", que destaca hoy en la fachada del Gobierno regional, Giménez reprochaba a la jefa del Ejecutivo autonómico, Esperanza Aguirre, que presente a Madrid como la puerta del continente cuando los médicos van a su juicio a verse obligados a irse de la región a otros países europeos "por los bajos salarios y las malas condiciones".