De la web al papel: 'Interneteo y Aparatuquis'

Cuando elpais.com decidió crear un blog sobre nuevas tecnologías, tuvo la brillante idea de encargarle el proyecto a Mauro Entrialgo, un dibujante de cómics, que es mucho más. No en vano, ya había colaborado con ellos en varios proyectos y sabían de sobra que estaba a la última en nuevas tecnologías.

Lo que sorprendió a todo el mundo fue el modo en que trató el blog, llamado 'Interneteo y aparatuquis': desde su aspecto gráfico, que estaba ‘customizado’ completamente y adaptado al formato historieta, como el de las entradas, que eran chistes gráficos, pasando a convertirse pues en un blog cómic.

Así, 3 veces a la semana, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2007, estuvo deleitando tanto a sus seguidores como a los que se acercaban a su obra por primera vez simplemente porque eran geeks, o aficionados a las nuevas tecnologías, internet, ‘gadgets’ etc. con chistes que en ocasiones eran brillantes.

Tras unos comienzos un poco dubitativos, Entrialgo le fue cogiendo el tranquillo hasta llegar a tener un nivel realmente alto en casi todas sus entradas. Uno de sus grandes aciertos fue crear algún personaje fijo, como el mítico Tom el de MySpace, el Asesor Tecnológico Directo de Satán o los casi infantiles 'Se inicia la aplicación' (a modo de se Abre el telón…).

Los temas tratados fueron todos los que os podéis imaginar. Se abrió con el lanzamiento de la Wii y pasó por los amigos informáticos, los servicios técnicos, Mac Vs. PC etc. Siempre con ese humor y esa mala leche que caracterizan a Mauro.

Y ahora dejaremos de hablar del pasado y hablaremos del presente, porque Diabolo Ediciones, joven editorial madrileña, ha decidido recopilar todo este material, y lo ha hecho de forma exquisita, en un volumen en tapa dura, con prólogo de Nacho Vigalondo y por si fuera poco, con un índice final, al más puro estilo internet, de etiquetas o 'tags'.

Un álbum imprescindible, porque es rara avis en la carrera de Mauro, porque gustará a sus seguidores, y a los que no lo son, y porque, como dice su propio autor, "huele tan bien".