Esperanza Aguirre ha lanzado el guante del debate ideológico en el seno del Partido Popular, y de nuevo han aflorado las disputas entre las diferentes familias y filiaciones que integran la amalgama 'popular'. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha subrayado sus posiciones liberales, mientras que Rajoy ha replicado con una postura integradora: "Aquí se han incorporado todos, aquí hay liberales, democristianos, incluso socialdemócratas". ¿Qué se esconde detrás de todo este lenguaje?
Rajoy y Aguirre, cara y cruz del PP.
El liberalismo propugna una sociedad de individuos libres, sustentada en una intervención mínima del Estado. Esta palabra se presta a confusiones, ya que el liberalismo económico y el liberalismo social no siempre convergen. Esperanza Aguirre, cuando utiliza el término, lo hace desde un punto de vista económico, según el cual, hay que minimizar el papel estatal, y otorgar un peso mayor a la iniciativa privada. Es el mercado, por sí mismo, el que se ocupa de regular las relaciones económicas y sociales. Para el liberalismo, "la función (económica) de los Gobiernos debe reducirse a la identificación y remoción de los obstáculos que impiden el adecuado funcionamiento de los mercados", según afirma en un artículo (en pdf) Andrés de Francisco, profesor de la Universidad Complutense.
La gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid encaja perfectamente en esta definición, como demuestra la introducción de medidas privatizadoras en la sanidad pública, la política educativa (Madrid es la región donde más ha aumentado la incorporación a la escuela privada en los últimos años), la reducción de impuestos, la liberalización de horarios comerciales... Todos estos principios encajan en el ideario de uno de los inspiradores de Aguirre, Milton Friedman, quien fuera ideólogo de las políticas económicas de Margaret Thatcher y Ronald Reagan en los ochenta y Premio Nobel de Economía en 1976 (la Universidad Francisco Marroquín ofrece unos vídeos que ilustran el pensamiento económico de Friedman).
Sin embargo, el legado de Friedman ha sido muy contestado recientemente desde otros ámbitos. Por ejemplo, Naomi Klein, en su último libro, responsabiliza al estadounidense de haber concebido lo que ella denomina 'doctrina del shock': "Friedman comprendió que así como el shock de la captura ablanda a los prisioneros, las catástrofes a gran escala podrían ablandarnos para su radical cruzada de libre mercado. Aconsejó a los políticos aprovechar el momento posterior a la crisis —por ejemplo, a continuación del 11S— para imponer de golpe todas las políticas más dolorosas antes de que la población recobre de nuevo el equilibrio. Llamó a ese método 'el tratamiento de choque económico'. Yo lo denomino 'la doctrina del shock'". Son palabras de Klein extraídas del cortometraje que rodó Alfonso Cuarón sobre la última obra de la autora canadiense.
Aguirre ha inspirado su política en Friedman.
La crítica más frecuente al liberalismo económico es que, tras su afán de aumentar la libertad real de los ciudadanos, de ofrecer un mejor servicio a los usuarios y de reducir el gasto superfluo de los Estados, deja en el olvido a los más desfavorecidos y no ofrece respaldo a quienes carecen de oportunidades. "El mercado no es el mecanismo idóneo para conseguir ni la igualdad de recursos ni la integración", dice Andrés de Francisco en su escrito mencionado anteriormente. Los liberales insisten en que este argumento no es cierto, como hizo la propia Esperanza Aguirre en un artículo publicado en 2004 por ABC: "Sólo una auténtica democracia liberal y una verdadera economía de mercado pueden garantizar la libertad, el bienestar y el progreso de la Humanidad. Especialmente el de los más desfavorecidos".
Rajoy, por su parte, en su parlamento del sábado en Elche puso en duda este postulado del liberalismo que defiende Aguirre: "Creo en la libertad. Pero también creo en la igualdad de derechos y oportunidades. Y es que el Estado tiene que ayudar a aquellas personas a las que no les va tan bien. Y en la educación pública y en la sanidad pública y en un sistema de pensiones público". A pesar de estas palabras, lo cierto es que Francisco Camps, uno de los barones que están del lado de Rajoy, también ha abierto la puerta en la Comunidad Valenciana a sistemas privados de gestión en los hospitales públicos.
Es muy difícil encontrar políticas exclusivamente liberales en la práctica. De hecho, no existe un partido puramente de esta orientación en la política española. El Partido Liberal, del que procede Esperanza Aguirre, se integró en el Partido Popular en el año 1989. De este modo, su ideología ha de convivir con otros grupos dentro de la 'familia popular', como por ejemplo, los democristianos, por lo que resulta difícil que los grupos particulares encuentren carta blanca para llevar a término de forma estricta y literal sus principios ideológicos.
Camps es uno de los barones que apoya a Rajoy.
El grupo liberal que integra el Partido Popular no es una excepción. Una prueba de ello es que, a pesar del manifiesto ideario liberal de Aguirre, Rajoy no dudó en utilizar la gestión de la 'lideresa' como modelo de política social durante los debates previos a las elecciones del 9-M. Esto ocurrió, durante el primer debate, cuando se habló de la dependencia y de las viviendas protegidas. En el segundo envite previo a la cita electoral, Rajoy citó el modelo de la Comunidad de Madrid en materia de integración de los inmigrantes y, otra vez, en lo que se refiere a dependencia. En cualquier caso, la contradicción más evidente en el liberalismo de Aguirre tal vez sea el férreo control que ha impuesto sobre Telemadrid, la cadena de televisión autonómica.
Según reconoce Vidal Beneyto en un artículo que se titula 'La perversión de los ideales', los inspiradores del liberalismo construyeron "un impresionante corpus doctrinal que representa una muy digna propuesta filosófica y político-económica". Sin embargo, añade que "el lamentable quehacer de los políticos y la voracidad del beneficio han transformado -esta propuesta- en un mundo de horrores".
Hasta ahora, nos hemos referido fundamentalmente al liberalismo económico. El liberalismo social, predica valores cercanos, pero aplicados a una lógica individual. Desde esta perspectiva, el Estado también debería ceñirse a un papel minimalista, limitado a garantizar el ejercicio de determinados derechos, como a la vida, a la libertad y a la propiedad. Sin embargo, desde un punto de vista social, el Partido Popular tiende a mantener posiciones más conservadoras que liberales.
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Me parece que más que un debate de ideas lo que se está planteando es una nueva redistribución de las cuotas de poder en el seno del partido bajo un pretexto que en el fondo no es tal. +
¡Que se preseeeeente! Venga, porfa, que queremos momentos de humor... +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
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