China completa las obras en la carretera por la que la antorcha llegará al Everest

Pekín.-  El Gobierno chino anunció que ya ha completado las obras de la carretera de 108 kilómetros por la que la antorcha olímpica llegará al Everest, a pesar de las críticas de los nacionalistas tibetanos en el exilio que piden que la tea no pase por el Tíbet ni ascienda al monte más alto del mundo.

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(EFE)

Una joven china da el relevo de la llama olímpica en el complejo deportivo Jinnah de Islamabad, Pakistán.

Según informó hoy la prensa estatal, durante diez meses efectivos de la policía han trabajado en labores de nivelado y ensanche de esa pista, así como en la colocación de guardarraíles en los tramos más peligrosos de la vía, que tiene 170 curvas.

La carretera, construida en 1978, enlaza la localidad de Tingri con el monasterio de Rongpu, cerca del Campamento Base al pie de la cara norte del Everest (que chinos y tibetanos llaman "Qomolangma").

Con la nueva mejora, se ha reducido a la mitad el tiempo necesario para recorrerla en automóvil (antes se tardaba cuatro horas).

Además, la mejora de la carretera "brindará mayor seguridad en el camino a conductores, turistas y alpinistas, y facilitará que los portadores de la antorcha puedan llevarla a la cima del mundo", destacó la agencia oficial Xinhua.

Pekín guarda una llama olímpica diferente de la que está recorriendo el mundo a la espera de una buena jornada climatológica a principios de mayo para emprender la ascensión al Everest.

Este ascenso es uno de los puntos fuertes del relevo de la antorcha por todo el mundo, pero también el más polémico, ya que los grupos tibetanos en el exterior aseguran que será un símbolo de la colonización china en el Tíbet.

Estos grupos se manifestaron contra la antorcha en París, Londres y San Francisco (EEUU), intentándola apagar o quitársela a algunos de los relevistas, como la atleta paralímpica china Jin Jing.

Las fotos de Jin, en silla de ruedas y protegiendo la antorcha de los pro-tibetanos, la han convertido en los últimos días en toda una heroína nacional en China, hasta el punto de que su nombre ya suena como el de la persona que podría encender el pebetero de los Juegos Olímpicos en Pekín el 8 de agosto de 2008.