Cambiamos el despacho de Zapatero

Hay bofetadas sonadas como la de Rita Hayworth o calladas como la que recibió el diseño español de la mano de los Príncipes, perdón, del Príncipe, en julio de 2002. La revista Hola presentaba su hogar y los diseñadores españoles hicieron cola en las farmacias de guardia en busca de Prozac. Entonces, cuando recuperaron fuerzas, hubo meriendas-protesta para ver las fotos. Ahora, con la publicación del despacho de Zapatero, el dolor se ha llevado en silencio, sólo ha habido cadenas de llamadas: "- ¿diga?, - ¿lo has visto?, - ¡qué horror!"

Tanto los diseñadores como nosotros nos preguntamos: Si somos una potencia en el diseño, ¿cómo puede, nuestro presidente, trabajar en un espacio tan 'in' (insustancial, inhóspito, insípido...)? ¿Habrá pacto de estado y se encargará su redecoración a un profesional de reconocido prestigio?

Comedor privado del Palacio del Elíseo, diseño de Pierre Paulin, 1971.

Zapatero tiene alergia a su despacho, o eso parece. Nosotros sabemos porqué. El despacho oficial del presidente recibe poco a su dueño, éste prefiere trabajar en el particular de su residencia. No nos extraña: las paredes casi desnudas y tristes..., los muebles de centro comercial de periferia..., no invitan a entrar en este "despacho-piloto" .

Dos ambientes creados por Philippe Starck a petición de François Mitterrand, 1983-84.

Aprendamos de los franceses (con permiso de Manuela Malasaña). Desde la época de De Gaulle, los inquilinos del Elíseo encargan, en cada mandato, a un diseñador prestigioso las estancias de este viejo palacio de la calle Rivoli. Todavía hoy sorprenden, visitando la exposición de Pierre Paulin en Galerie des Gobelins los muebles y ambientes que creó el diseñador a principios de los 70, para Georges Pompidou. ¿Alguien se imagina a Sonsoles sirviendo, perdón presidiendo, la cena en aquellos comedores? Los espacios futuristas hoy nos siguen pareciendo modernos, y los interiores que redecoró años después el ‘enfant terrible’ del diseño francés, Philippe Starck, para François Mitterrand, nos parecen, en comparación, aburridos espacios burgueses, aunque fueron la imagen de un cambio en una nueva Francia.

Pero volvamos a Madrid. Le enseño la foto del despacho de Zapatero a Damián Casado, uno de nuestros galeristas jóvenes con más futuro, empezamos a hablar de los cuadros y nos dice: "Veo una presencia mínima, casi testimonial de los cuadros, están mal ubicados y descompensados, da la sensación de que no le importa lo que hay colgado y no disfruta con ello. El presidente debería ser embajador de nuestra cultura, evitando obviedades como Miró (fantástico, por cierto) o grabados de poco valor de Chillida, seguro que Patrimonio tiene mejores piezas". Una ayuda: "Juan Uslé sería una buena apuesta para cubrir las paredes. Es reconocido internacionalmente y joven y maduro al mismo tiempo". El Director de la Galería Casado Santa Pau, no se olvida de la escultura, su candidato, sin primarias, es Juan Muñoz. Le arranco un par de nombres más jóvenes por si el presidente no quiere dejar su Visa-nuestra Visa-, tiritando: "Fernando Sánchez Castillo, Secundino Hernández o María Ortega, son unas buenas propuestas, ya que juegan con la abstracción pura pero llena de matices. Y apostaría por la fotografía novedosa y fresca de Sergio Belinchón".

Ideas para empezar a redecorar el despacho de Zapatero, por CuldeSac.

Como una Madre Teresa del diseño, eso sí, con un kaftan de Lanvin y sandalias de Gucci, sigo a la caza y captura de consejos gratuitos y desinteresados, para que Zapatero se inmunice contra su alergia. Pillo a los componentes de CuldeSac, sin duda el colectivo de diseño más importante y fresco de nuestro país, a punto de embarcar al Salón del Mueble de Milán. Pido su opinión y empezamos. Seguimos hablando de arte: "Nos parece que los cuadros son correctos, aunque su despacho debería reflejar a grandes artistas, tanto de la historia, como artistas contemporáneos de vanguardia e incorporar, incluso, a los que trabajan en últimas tecnologías".

Los ganadores del premio al Diseñador del Año, en 2007, de la revista AD, CuldeSac, añaden: "El despacho del presidente debería transmitir el talento y calidad que se encuentra en nuestro país. Se necesita un cuidado análisis para plantear qué elementos concretos habría que incluir como mejores embajadores españoles". Les ponemos a trabajar y nos proponen unos dibujos que transmiten algunas de sus ideas fundamentales para empezar a redecorar.