La defensa de los Derechos Humanos de los emigrantes centra el foro Iberoamericano

Cuenca (Ecuador).-  La defensa de los derechos humanos de los emigrantes, su no discriminación y la integración en las sociedades de destino centraron las intervenciones de los asistentes al I Foro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo que comenzó hoy en la ciudad ecuatoriana de Cuenca.

El foro, en el que participan cientos de representantes de los 22 países del grupo e invitados de entidades internacionales, organizaciones sociales y otras naciones, finalizará mañana con la redacción de un Plan de Acción común en esta materia.

El plan se presentará a la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizará del 29 al 31 de octubre próximos en El Salvador, junto con unas recomendaciones en materia de "buenas prácticas" dentro de la Comunidad Iberoamericana.

El secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, señaló en la inauguración del foro que las migraciones "son una parte esencial de nuestra identidad" iberoamericana y propugnó el "diálogo para buscar la cooperación y el consenso", con el fin de "humanizar" este fenómeno, que afecta a millones de personas en la región.

Iglesias señaló que hay que llevar a cabo "aproximaciones políticas, económicas, sociales y éticas" para cumplir el Compromiso de Montevideo, aprobado por la Cumbre Iberoamericana de 2006, que establece la garantía y respeto a "los derechos humanos y la diversidad cultural de los migrantes y sus familias".

También destacó la firma de un acuerdo de cooperación entre el organismo que dirige, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para la aplicación del Compromiso de Montevideo.

Brunson McKinley, director general de la OIM, indicó que "la cooperación entre países de origen y destino es la mejor respuesta a los desafíos migratorios".

McKinley enfatizó la necesidad de luchar contra la "discriminación, explotación y abuso" de los emigrantes, en especial los grupos más débiles, entre los que citó las mujeres, niños y grupos minoritarios.

La canciller ecuatoriana, María Isabel Salvador, recalcó el deseo de los participantes de conseguir "políticas comunes en relación al hecho migratorio, que tiene especiales efectos humanos, económicos, sociales y culturales en toda Iberoamérica".

Salvador insistió en que es una prioridad para el Gobierno de Quito la defensa de los Derechos Humanos, la no discriminación y la integración de los migrantes, tanto los que se reciben en Ecuador como los que salen del país.

La secretaria del Migrante de Ecuador, Lorena Escudero, reconoció la responsabilidad de los "países expulsores" de emigrantes, como el suyo, que envían a sus ciudadanos a una "migración forzosa injusta", por lo que planteó una "política solidaria, coherente y proactiva" para combatir el fenómeno.

Expuso, asimismo, la responsabilidad de los países receptores y propugnó el "derecho a migrar libremente", el "derecho a la integración" en los países de destino, y el "derecho al retorno", como una oportunidad "real, digna, voluntaria y sostenible".

Durante el acto, se proyectó un video dirigido al foro del presidente en funciones del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien defendió una emigración "ordenada y digna", en la que se respeten los derechos de los afectados, que recordó que son "seres humanos".

Se comprometió el gobernante español a trabajar para "que menos seres humanos tengan la necesidad y la angustia de tener que abandonar sus países", y señaló el compromiso de España con "el desarrollo y la expectativa económica del continente latinoamericano", para frenar el fenómeno migratorio.

Rodríguez Zapatero indicó que, para eso, se tiene que establecer una "política compartida" de los países de origen y destino, con el fin de que las migraciones generen riqueza en ambas partes, para lo que comprometió la cooperación española y señaló a la Cumbre Iberoamericana como actor principal en esta materia.