Cómo arreglar el problema de la antorcha

Cada problema tiene su solución. Basta buscarla. Ahora mismo, el mundo del deporte sufre dos problemas de los que se habla mucho en la prensa. No me refiero a Schuster y Rijkaard. Estoy hablando de olimpismo y automovilismo. Se trata de problemas serios que, sin embargo, se autoarreglan mutuamente.

Ian Langsdon (EFE)

Problema 1

Pasear la antorcha olímpica por el mundo está convirtiéndose en un drama. Hay mucha gente encabronada con el gobierno chino, por lo que hace en Nepal, en Birmania, en Darfur o donde sea, y la manera más fácil, visible y resultona de protestar consiste en cargar contra la antorcha olímpica de los Juegos de Pekín. ¿Han visto las imágenes de París?

Antes, llevar un rato la antorcha era un honor; ahora, es un grave riesgo para la salud. Hace falta una idea para conseguir que la antorcha pueda seguir su recorrido de forma pública, sin que ello suponga reprimir a unos manifestantes a los que no les falta razón.

Problema 2

Casi todas las escuderías de Fórmula 1 están contra Max Mosley, el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo. Al hombre le gusta montar orgías con prostitutas disfrazadas de nazis y de prisioneras de campo de exterminio, y que le azoten en el trasero mientras le gritan en alemán. Ahora circula un vídeo por ahí.

Yo creo que cada uno, en su vida privada, hace lo que le da la gana; también es verdad que si a la boda de tu padre fue invitado Hitler, has sido nazi hasta pasada la juventud y eres presidente de una federación internacional, hay cosas que deberías ahorrarte. Pese a la presión de las escuderías, sobre todo Mercedes y BMW, Mosley, de momento, se niega a dimitir.

Solución

Es obvia, ¿no? Mosley necesita un nuevo empleo para dejar con dignidad el automovilismo y no caer en el puto paro. Es un hombre viajado, políglota (en el vídeo demuestra que el alemán, al menos, lo chapurrea) y con gran experiencia en el mundo del deporte.

Además, le gusta que le peguen mientras le gritan. No existe nadie mejor que él para pasear la antorcha por el mundo, sin relevos ni tonterías: Max Mosley todo el rato. Para que la cosa saliera perfecta, se les podría pedir a los manifestantes que imitaran un acentillo alemán (como las señoritas del vídeo) al gritar contra China. Y todos contentos, ¿no?