El efecto dominó de la crisis de la vivienda

Cuando las grandes empresas tienen problemas económicos, el efecto dominó es irremediable. Las consecuencias se multiplican si hablamos del sector de la construcción, donde las redes de acuerdos, participaciones y subcontratas hacen a veces imposible saber quién trabaja para quién. Esta semana, otras cuatro empresas han solicitado el concurso voluntario de acreedores – antigua suspensión de pagos – contribuyendo a la incertidumbre del sector y afectando a trabajadores, pequeñas y medianas empresas y compradores.

EP (EUROPA PRESS)

Cuatro empresas han solicitado el concurso de acreedores.

Hace seis meses que saltó la alarma. La empresa valenciana Grupo Llanera presentó un concurso voluntario de acreedores al ser incapaz de afrontar sus deudas. Desde entonces, otras 10 grandes empresas relacionadas con el sector de la construcción (promotoras, inmobiliarias...) han solicitado el mismo proceso aludiendo a la crisis financiera internacional y a una bajada en la demanda de pisos.

¿Qué pasa cuando una empresa solicita el concurso voluntario de acreedores?

Que una empresa pida el concurso de acreedores no significa que vaya a quebrar pero sí que tiene problemas económicos y no puede pagar sus deudas. En ese momento se inicia un proceso judicial en el que el juez nombra unos interventores que trabajarán junto con la empresa para intentar solventar la situación. Estos decidirán las medidas a adoptar, entre las que pueden estar la reducción de plantilla y la paralización de obras que se consideran inviables.

¿Qué hago si la empresa que está construyendo mi piso tiene un concurso de acreedores?

En principio no debería haber ningún problema. Una situación de este tipo no conlleva que se tengan que parar las obras y, en la mayoría de los casos, las construcciones se finalizan. En el caso de que los interventores decidan que una obra es inviable y hay que paralizarla, los compradores tienen posibilidades de recuperar el dinero que hayan adelantado.

Desde la Unión de Consumidores de España (UCE) aconsejan «asegurarse en el momento de la compra de que la constructora tiene un seguro que cubra una estas situaciones y pedir documentos que acrediten que el comprador es suscriptor de este seguro». Por ley, todas las constructoras tienen que disponer de este seguro, por lo que los compradores no tendrían problemas.

¿Cómo me afecta si soy trabajador del sector?

Desde empresas como SEOP - con un concurso de acreedores desde el 17 de marzo y 1.000 trabajadores directos – se asegura que «los empleados son prioritarios y están cobrando de manera regular». La reducción de plantilla es una de las posibles medidas que las empresas y los interventores pueden tomar en un proceso de este tipo. Juan Carlos Barredo, Coordinador Estatal del sector de la construcción de MCA-UGT asegura que «lo que están haciendo estas empresas es seguir pagando a sus empleados pero eliminar otro tipo de derechos como vales de comida o gasolina, transporte, etc.»

Sin embargo, Barredo asegura que los mayores afectados son los empleados subcontratados porque «entre el 90% y el 95% de los trabajadores de las grandes constructoras son de subcontratas». En su caso, todo dependerá del tamaño de su empresa y de los recursos de los que dispongan hasta que las grandes constructoras les paguen las deudas. «Los que peor parados salen son los negocios muy pequeños que cuentan incluso con sólo un par de personas porque no pueden aguantar sin que les paguen».

¿Qué otros negocios se ven afectados?

Que no se construyan más viviendas no sólo afecta a aquellos que ponen los ladrillos. Constructores de tejas, sanitarios, muebles, puertas, etc. ven cómo su producción ha sufrido un parón importante e incluso se encuentran con problemas para dar salida a sus productos después de tres años en los que no daban abasto para satisfacer la demanda. Desde Hispalyt, asociación que reúne a los fabricantes de ladrillos y tejas, indican que 2007 se cerró con un dato de crecimiento cero respecto a 2006. La cifra contrasta con el 17% que creció el sector durante 2006, incluso con el 3,43% de aumento que se sufrió durante el primer trimestre de 2007. El número de empresas afectadas de manera indirecta es impreciso pero elevado: en el caso de el SEOP, se considera que podría haber entre 900 y 3000 empresas subcontratadas.