"La mayoría vive de espaldas a lo bello y lo bueno", según el poeta De Villena

Madrid.-  El poeta Luis Antonio de Villena cree que escuchar "el sonido de la vida con sus acordes y desacordes puede llevar al desánimo en la sociedad actual, ya que se vive de espaldas a lo bello y lo bueno de los griegos", ha manifestado a Efe.

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(EFE)

El poeta madrileño Luis Antonio de Villena.

El escritor denuncia "el pésimo gobierno" del planeta en una entrevista sobre dos libros de poemas que ha editado recientemente Visor: su antología "Los senderos y el bosque", balance de 20 años de premios de poesía Loewe, y "La prosa del mundo", 90 poemas con los que reflejar "los sonidos actuales de la vida".

"Sonidos del amor, del sexo, la ecología, la ciencia ficción..., poemas culturalistas o melancólicos forman un popurrí voluntariamente caótico que quiere testimoniar la vida con su ruido, su furia y su armonía", explica De Villena sobre su poemario.

El primer título "Los senderos y el bosque" alude a la pluralidad de vías por las que el poeta "cruza el bosque de la poesía o no lo consigue, quedándose en el camino, pero sin que ninguna senda excluya a otra", recalca el literato madrileño.

Su antología se compone de 30 poemas que van del realismo a la metafísica, pasando por la poesía experimental, y recoge "los mejores aciertos -nombres reconocidos como Vicente Gallego, Carlos Marzal, Benítez Reyes o García Montero- del principal premio de poesía en lengua española".

Un premio al que cada año concurren unos 900 originales, que quisiera "equilibrar su nómina de hombres y mujeres", explica, además de fomentar el intercambio poético entre España y América, con jurados y autores de ambos lados del océano.

De Villena subraya que la poesía debe circular "en ambas direcciones" y recuerda que la tendencia ha cambiado y ahora "en América se desconoce a los poetas españoles", y ya no es como en los años en que Neruda leía a Valle Inclán.

El novelista de "El sol de la decadencia" manifestó a Efe que escucha "sonidos desacordes en lo que la vida tiene de espanto, en la pobreza o en la injusticia", pero también "sonidos armónicos" en el sexo o la cultura, pues atiende al "latido de las personas que sueñan, que aman o que viven sin amor en soledad".

Dice que si "la prosa del mundo" pudo tener para Hegel (de quien toma la frase) un sentido negativo, él la asume "en positivo, en poemas de muchas voces y elementos culturales, coloquiales, irracionalistas, metafísicos o delirantes".

Y ¿qué oye el poeta al escuchar los sonidos de la vida? "oigo un lugar que sufre, mucho horror, y un mundo muy mal gobernado, con excesivos estropicios", debido a una política mundial "que vuelve ridículas las ficciones de Orwell", responde.

"¡Quién iba a concebir un EEUU anti-liberal con su Constitución!, ¡Quién iba a pensar que ese Gran Hermano se despreocuparía del cambio climático ante un plantea herido o que bajaría los ojos ante la inmensa injusticia del mundo!" exclama una vez más.

Y si el arte y lo bello "ennoblecen al género humano, en el otro extremo, la pobreza aumenta", observa ante un contraste que se muestra hoy "con claridad", mientras "avanza muy lenta la toma de conciencia".

Obrar "contra" la naturaleza fue "un error y sabemos que hay que dejarla vivir", constata y recuerda que ya Chesterton aclaró cuando empezaba el siglo XX que "la naturaleza no es la madre del hombre, sino esa hermana a la que intentamos doblegar, pero nunca destruir".

Y cree que la jerarquía católica "ha hecho un gran daño al planeta restando valor a esta vida terrenal".

"Cualquier institución que busque ante todo el poder no será nunca beneficiosa", asegura, y aconseja a los gobernantes "que se cultiven y sean más refinados, porque así harán menos daño a la gente y al planeta".