¿Anillo vaginal o parche anticonceptivo?

En estos casi 50 años transcurridos de uso generalizado de la píldora, se han ido sucediendo distintos progresos. El más destacado es la progresiva reducción de las dosis de hormonas que ingiere la mujer en cada ciclo de toma del anticonceptivo oral. Así, el impacto de los efectos adversos se ha visto progresivamente minimizado. Otras variantes de la misma estrategia anticonceptiva hormonal que han surgido en estos años han sido la píldora continua, conteniendo únicamente progestágenos, la píldora del día siguiente, de la que ya hemos hablado, o la píldora anticonceptiva que elimina la menstruación, hace un año comercializada.

M. A. Martín

En cuanto a su forma de administración, la anticoncepción hormonal ha presentado en estos últimos años dos alternativas a la conocida píldora: los parches y el anillo vaginal. Ambos métodos liberan las mismas hormonas que las píldoras anticonceptivas combinadas. No obstante, no nos sorprende que un reciente estudio que compara ambos métodos, realizado por investigadores de la University of Pittsburgh School of Medicine (Estados Unidos) revele la preferencia femenina por el anillo. En concreto el 71% de las mujeres que utilizó el anillo afirmó que seguiría usándolo después de terminar el estudio, mientras que el 73,5% de las mujeres que utilizó el parche aseguró que preferiría retomar las píldoras.

Vayan por delante cuestiones que favorecen de partida al anillo como es el hecho de que presente menos efectos adversos que los parches; y así como éstos, cada 10 días deben renovarse, el anillo se cambia al mes. Esto supone una considerable ventaja, ya que solamente tienes que estar pendiente una vez al mes del control de la anticoncepción.

Otra ventaja es que el anillo, no se ve, lo que le da ventaja 'estética' sobre el parche, que pese a que se coloque en 'zona oculta' de la piel, termina quedando al descubierto. Además en consulta, algunas parejas nos comentan que jocosamente bromean con el hecho de que tras una relación sexual ha sido él quien se ha levantado con el parche pegado en cualquier parte del cuerpo.

Asimismo, el anillo queda oculto en un lugar que podemos describir como adecuado para su función, al permanecer invisible dentro de la vagina. La mujer que viene utilizando la anticoncepción hormonal, es decir, que disfruta de una vida sexual activa, muy raramente tiene problemas para acceder a su vulva y aprender a introducirse el anillo anticonceptivo en la vagina. Podemos decir que incluso tiene una función pedagógica en cuanto a facilitar la autoexploración genital de la mujer. Como sexólogos durante muchos años hemos visto el impacto negativo sobre la capacidad de disfrute sexual de mujeres que ni siquiera se atreven a ver o tocar sus propios genitales, el uso del anillo supone, sin duda, una toma de conciencia y control total de su anatomía.

Vale la pena aclarar que el anillo, aunque se lleve introducido en la vagina, no requiere hacer contractura muscular para evitar su expulsión. La mujer aprende fácilmente a alojarlo de forma que la memoria elástica del anillo, al igual que los ya obsoletos diafragmas, impide su deslizamiento al exterior. No actúa como las bolas chinas u otros dispositivos diseñados con el fin de ejercitar los músculos pubococcígeos.

¿Tú o tu pareja utiliza alguno de estos métodos anticonceptivos? ¿Cuál es tu experiencia al respecto? ¿Qué método anticonceptivo te parece mejor? ¿Qué métodos anticonceptivos sueles utilizar? ¿En qué basas tu elección?