Madrid y los retos de las metrópolis en el el siglo XXI

El 2007 representó un punto de inflexión porque desde esa fecha y por primera vez en la historia de la humanidad, más de la mitad de la población del planeta se concentra en centros urbanos. Durante el siglo XXI esa tendencia irá en alza. Según estimaciones de Naciones Unidas 5.000 millones de personas podrían habitar en las ciudades en el año 2030, es decir un 61% de la población global.

MARCO CASSE (FLICKR)

El siglo XXI tendrá que enfrentarse a otro reto demográfico: una población envejecida que no se renueva en el mundo desarrollado. Los niveles de fertilidad están por debajo del nivel de reemplazo generacional en las 45 zonas más desarrolladas del mundo, y en 28 de los países en vías de desarrollo, China incluida. Se calcula que en el 2050 países como Alemania, Italia, Japón y la mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas tendrán menos habitantes que en la actualidad. Las tendencias demográficas también indican que la India y África proporcionarán nuevos flujos de personas más jóvenes a las zonas más envejecidas de la Tierra.

La inmigración hoy día ya es un fenómeno esencialmente urbano y está determinando aspectos culturales, políticos, económicos y sociales de las metrópolis de todo el planeta. Según el estudio "Open Cities", patrocinado por el British Council y editado por Greg Clark, la internacionalización de las ciudades con la llegada de inmigrantes y su habilidad para manejar esos flujos será determinante a la hora de establecer si una metrópoli será capaz de adaptarse a las exigencias de inversores, visitantes y empresas modernas. Y también si crecerá o se quedará estancada. Las metrópolis que tienen más de un millón de residentes de origen extranjero como Nueva York, Sidney, Toronto, Londres o Chicago son también centros aventajados de actividad comercial y de industrias creativas.

Según el estudio del British Council, la internacionalización de las ciudades fomenta su atractivo para la celebración de eventos (casi todas la principales ciudades candidatas a los Juegos Olímpicos del 2012 - París, Londres, Nueva York- enfatizaron su diversidad cultural); favorece las "joint ventures" o iniciativas conjuntas con terceros países (empresarios norteafricanos en París) y ofrece mejores oportunidades para que las empresas con programas de responsabilidad social corporativa tengan un mayor impacto global (el respaldo de HSBC a las inciativas de desarrollo locales en Londres).

Pero no todas las ciudades manejan a sus población foránea de la misma forma y tienen diversos grados de éxito.

Más de 50.000 extranjeros escogen Madrid como residencia cada año

Madrid, que se ha convertido en la tercera ciudad mayor de Europa, tiene uno de los porcentajes más altos de inmigración del continente. Según cifras del Ayuntamiento, en los últimos siete años, la cifra de inmigrantes ha crecido del 2,8% al 16,6%. Más de 50.000 extranjeros escogen Madrid como su nueva residencia cada año.

La internacionalización de la ciudad y su niveles de éxito son altos, según diversos índices europeos como el Lisbon Benchmark (que mide el rendimiento económico), el European Cities Monitor (que la sitúa en el séptimo puesto en cuanto a realización de mejoras como centro de negocios) o su promoción de marca con Madrid 2016, la candidatura a los Juegos Olímpicos o la página web esmadrid.com , destinada a fomentar el turismo en la capital de España.

El ayuntamiento ha adoptado también estrategias para manejar la marea migratoria, como la adopción del Plan Madrid de Convivencia Social e Intercultural, orientado a facilitar la integración; un centro de información para inmigrantes (la Oficina Municipal de Información y Orientación para la integración) o el portal Inmigramadrid que proporciona información a los recién llegados sobre empleo, salud, educación o vivienda.

Pero los retos del siglo XXI son múltiples. Según ha identificado Madrid Global, la oficina de Estrategia y Acción Internacional del Ayuntamiento de Madrid coordinada por Ignacio Niño, el aumento del precio del suelo, por ejemplo, se ha convertido en un factor crítico a la hora de la capacidad que tiene Madrid de atraer y retener nueva actividad económica y nuevos residentes.

Los problemas del tráfico, medioambientales (mala calidad del aire) o la importancia de que las empresas con sede en Madrid aumenten sus controles de calidad y la inversión en I+D son también factores cruciales que determinarán la capacidad de la capital de España para crecer o estancarse en este siglo.