El reestreno con cabeza de Ana Locking

Una colección negra que le sale a Ana Locking de las tripas, que refleja la etapa oscura, lúgubre y desorientada que ha pasado este invierno, cuando se separó de su otra mitad durante tanto tiempo. Locking Shocking ya no existe, pero el toque Locking sigue ahí. Los tejidos tecnológicos, los juegos de proporciones, el atrevimiento y la autobiografía: analizar el estado de ánimo a través de la ropa y exorcizar demonios. Una colección que ha generado muchas expectativas. Por todas estas razones soitu.es elige este desfile para el cuarto día de Cibeles.

(REUTERS)

Desfile de Ana Locking

Ana Locking se pone esta temporada más visceral que nunca pero todo lo refleja en la cabeza. Pelucas morenas con flequillo largo que recuerdan algo a la imagen de la otra mitad de Locking Shoking, Óscar Benito. Un guiño a la ruptura con el pasado -con música lúgubre de Aphex Twin-.

Los protagonistas son tejidos con efecto espejo y volantes de faralares -sí, faralares-. La diseñadora integra Andalucía en los diseños a base de toreras y volantes aunque el resultado es todo menos andaluz. Los volúmenes desestructuran todo lo que de tradicional pudieran tener estos trajes. El desconcierto también corona la cabeza, con pelucas que no dejan ver. Las plumas y la piel se mezclan en volúmenes rotundos. El cuerpo muy dinámico, muy pegados los vestidos y los pantalones de hombre.

Los gorros de colono europeo en busca de la tierra prometida asientan las cabezas en la segunda parte del desfile. Las prendas son más sobrias, menos imaginativas. Abrigos, pololos, mucho juego con las tablas. Todo negro salvo algunos toques de gris con un estampado de vendas, de obvio significado. Alguna franja de tafetán del revés para mostrar "lo inacabado, lo que está en proceso de ser algo".

Unos tocados fantasiosos y delicados, fabricados por Mabel Sanz con plumas negras, destapan la cabeza en la tercera parte del desfile. Es la metáfora de la diseñadora: "esta parte refleja mi intención de seguir hacia adelante, de ser Ana Locking". Prendas lúdicas con detalles de azabache, que salpican toda la colección, lentejuelas, brillo, satén. Largas túnicas, smokings con solapas de lentejuelas. Todo es más fluido, más sinuoso. Se agradece un poco de alegría y ligereza para digerir la pesadumbre. La diseñadora no puede evitarlo, necesita contar a través de sus creaciones el momento duro que ha pasado. Y contarlo sin repetir patrones de temporadas anteriores y sin basarse en lo que se lleva o lo que toca. Una fórmula cabal para evitar comparaciones y suavizar la presión de las expectativas. "Es mi propia tendencia". Tan propio como el saludo al terminar el desfile. Sola, por primera vez en mucho tiempo, consiguió que la sala se pusiera en pie. Apoyo para el reestreno de Ana Locking en pasarela Cibeles sin Óscar Benito.