Gestos de distensión con EE.UU. conviven con una postura "anti-yanqui" en Argentina

Buenos Aires.-  Los recientes gestos de distensión entre Argentina y Estados Unidos tras la polémica por el "caso del maletín" obedecen a la condición cíclica de un vínculo bilateral marcado por cierta postura "anti-yanqui" en el país suramericano.

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(EFE)

Foto de archivo tomada el 26 de septiembre de 2006, del empresario venezolano Guido Antonini Wilson.

Así lo manifestaron hoy analistas consultados por Efe, que además se preguntaron si un eventual mejoramiento de la relación entre Buenos Aires y Washington podrá coexistir con la estrecha relación política y económica entre los Gobiernos argentino y venezolano.

Una valija con 800.000 dólares que Guido Antonini Wilson, un empresario venezolano-estadounidense residente en Miami, intentó ingresar en Argentina sin declarar en agosto último desató el escándalo del maletín.

A finales del año pasado, el Gobierno argentino reaccionó con dureza cuando el fiscal de Miami que investiga un caso de presunto espionaje venezolano difundió grabaciones de conversaciones de los acusados, según las cuales el dinero incautado a Antonini era para la campaña que llevó a Cristina Fernández a la presidencia de Argentina.

"La relación Buenos Aires-Washington ha sido siempre compleja y hasta en algún grado competitiva, ya ha conocido otros momentos cíclicos de tensión política y seguramente vamos a conocer más en el futuro", dijo el periodista y analista internacional Óscar Cardoso.

Por su parte, el analista político Rodrigo Mallea indicó que a lo largo de la historia argentina "han coexistido dos marcados sentimientos respecto a la primera potencia mundial que han oscilado entre el prudente recelo y la crítica prepotente y absurda".

"El primer caso obedece a rasgos propios de la cultura nacional, siendo Argentina un país que históricamente tuvo sus ojos puestos en Europa. El segundo caso, en cambio, es donde nos encontramos con la postura 'anti-yanqui'", destacó.

Buenos Aires, que en la década de los años 90 supo vanagloriarse de sus "relaciones carnales" con Washington, dijo ser víctima de una "operación basura" cuando la justicia estadounidense vinculó a Venezuela con la financiación de la campaña electoral de Fernández.

Pero la tensión fue bajando con el correr de los días y la semana pasada la presidenta argentina recibió en su despacho al embajador estadounidense, Earl Anthony Wayne, quien aclaró que la investigación abierta en su país no tiene "objetivos políticos".

Además, este martes se anunció que Estados Unidos otorgó el plácet como embajador argentino en la potencia norteamericana a Héctor Timerman, que se desempeñaba como cónsul en Nueva York y esperaba la aprobación de Washington desde el 19 de diciembre.

"Todo empezó a distenderse cuando los estadounidenses dijeron que (el de la valija) es un tema con la Venezuela de Hugo Chávez. Igual hubo una suerte de bofetada pública al Gobierno argentino para advertirle porque lo sienten como uno de los más cercanos a Chávez" en la región, evaluó Cardoso.

El columnista del diario Clarín vinculó este recelo con el hecho de que Venezuela "se ha convertido en el prestamista de último recurso de Argentina y ocupa parte del lugar que antes ocupaba el Fondo Monetario Internacional, lo que no le gusta a EE.UU."

Para Rodrigo Mallea, "en la clase política argentina la militancia 'anti-yanqui' súper abunda" y el Gobierno de Fernández "entra en una gran confusión al comulgar" con esa postura, "porque se deja arrastrar por una contradicción".

"Hay un problema con esta ideología y es que implica adoptar también un discurso pro cubano, venezolano e iraní", manifestó, a tiempo de advertir que es "de público conocimiento que la presidenta argentina busca ser percibida como una suerte de Hillary Clinton".

Con todo, Timerman expresó que Argentina puede tener un "buen diálogo" con el ganador de las elecciones presidenciales de noviembre próximo en EE.UU., en referencia a Clinton y Barack Obama, candidatos del Partido Demócrata, y el republicano John McCain.

"Siempre que llovió, paró. Ahora viene la etapa de la distensión, pero no necesariamente abre un periodo de buenas relaciones con EE.UU., que siempre ha considerado tenerlas solo con regímenes y países que bailan el minué que toca la orquesta de Washington", sostuvo Cardoso.