Cineflash

Esta semana, el catarro ha hecho estragos. Sólo tres son las reseñas de nuestro 'Cineflash'

'Ahora o nunca' de Rob Reiner

De Pascal: "Creamos, porque si no hubiera Dios ni vida eterna, nada perderíamos; pero si hubiera, todo lo habríamos perdido", a Nicholson, que dice exactamente lo contrario, sin citar a Pascal.

Ni valiente, ni ácida, ni profunda, pero sí tan tramposa como Pascal en el citado aspecto, "Ahora o nunca" cae en todos los tópicos y chapotea en ellos, salpicando. Atención, sobre todo, a los tres últimos deseos. Sin implicaciones sexuales: como el curita que te cogía la mano en el colegio, repulsiva.

'La soledad', de Jaime Rosales

El Diablo Cojuelo vomita, seguramente, cada noche. Las conversaciones familiares. Lo que has hecho, no has hecho, qué te duele, lo que ha comido el niño; Pepito, que te lo has cruzado por la calle y sigue como siempre. 'La soledad', magistralmente (los tiempos, alejamiento –los encuadres, la pantalla partida- y, aun así, empatía), es eso. La vida, según pasa. Nunca el hacer con ella algo interesante.

(NOTA, ya que estamos retratando la vida, sobre las horas que el ser humano deja ir o en el cuarto de baño o, menos 'gore', simplemente durmiendo).

-Pese a lo que pudiera parecer, me encantó verla-.

'Juno' de Jason Reitman

A la señora de Júpiter acaba de salirle una émula juvenil norteamericana: Juno está embarazada. Así es como comienza la película. Júpiter, que era un dios juguetón, embarazaba a todo lo que podía. Con el fruto de sus escarceos extramatrimoniales hubiera puesto, él, un colegio. Y sus amantes masculinos de maestros: para todas las asignaturas. Juno, aunque no veía con buenos ojos las aventuras de su esposo, protegía los partos. El suyo personal más destacado fue el de Marte, dios de la guerra, que debió de darle bastante en casa de pequeño. La estampa de Júpiter y Juno contemplando, arrobados, a Marte en su cunita y diciéndole Júpiter a Juno: "éste va para dios" (lo que era obvio: Júpiter nunca fue muy listo), y ella callada, como quien no le ha oído, porque las malas lenguas aseguran que Marte no era hijo de los dos, sino de Juno sólo, fecundada por una flor, lo que da idea de la perfección que alcanzaba el arte del camuflaje entre los griegos; la imagen, como digo, nos la ha hurtado la Historia. Pero nos deja a cambio la de Juno en carne y hueso, con un niño en el vientre, cuyo padre también es un capullo.

'Juno', la película de Reitman, con guión de Diablo Cody, una ingenua desvergonzada que se cree perversa, es, pese a sus intenciones –lenguaje subidito de tono y anécdota fuerte entre comillas-, una comedia blanda, en la línea de 'Pequeña Miss Sunshine', con la que comparte factoría. Encantará a quienes gustó aquella y escandalizará a quienes aquella escandalizó: el cuerpo de beatas y beatos herederos de las viejas vestales y a los que sobre todo incomoda que se les llame cuerpo.

Boba, pero se pasa el rato.