El PSOE vende al presidente con las mismas armas que si fuera un detergente

MADRID.-  Irónico y divertido. Publicidad pura y dura para vender un producto: al presidente del Gobierno. La hiperactiva campaña electoral socialista promete una sorpresa tras otra. El show acaba de comenzar.

Luchar con las mismas armas que utilizan los coches o los detergentes supone un hito en el alcanforado universo político. Aunque en los partidos existe constancia de que el cartel electoral está criando malvas desde 1996 —año en que se realizaron los primeros sondeos sobre si los típicos pósters arañaban votos—, nadie se había atrevido a coger el toro por los cuernos. Es decir, a aplicar la estrategia que cualquier marca adopta cuando lo que pretende es vender más que la competencia. Y a la vez, ir creando una imagen de marca que se identifique claramente con el producto.

A las 13:00 horas en el Partido Popular algunos de los responsables veían el vídeo sobre el pesimismo de Rajoy, titulado 'No seas él'. 'No comment', por supuesto. Ya se prevé que la respuesta oficial al sarcástico anuncio de precampaña utilizará la postparodia, como hasta ahora ha sido la norma. Y esto es sólo el aperitivo porque la estrategia socialista se vislumbra repleta de gags, que alternarán la clave de humor ácido con la seriedad más estudiada. Una nueva forma de encarar la carrera electoral, más propia de culturas como la británica que del uso y abuso del photoshop en el cartel patrio.

El catastrofismo, táctica habitual de cualquier oposición ante las urnas, sirve en este caso para parodiar al contrario. Que tire la primera piedra el partido político que no haya exprimido el pesimismo ante el adversario. Al anuncio de precampaña hay que reconocerle sus méritos desde el punto de vista meramente publicitario. Parte de un concepto bien definido y utiliza un código realista, costumbrista, que logra rápidamente la complicidad del consumidor con la marca. La receta es de fácil lectura pero compleja de cocinar. Se coge a un personaje al que todos conocemos, con el que nos cruzamos a diario, cuyas frases nos suenan irremediablemente y se le coloca en situación. De la adecuada combinación de los ingredientes depende el éxito.

La agencia encargada de tamaña proeza —imagínense lo que debe costar convencer a un puñado de políticos de que hay que innovar cuando está en juego la presidencia del país— se llama Sra. Rushmore. Y son los autores de anuncios como los hombres y mujeres del campo de Bocata o de la exitosa serie sobre El Atlético de Madrid.