Miles de toneladas de basuras siguen en las calles de Nápoles

Roma.-  El Gobierno italiano ha asegurado que la situación sanitaria y la seguridad de los alimentos en la sureña ciudad de Nápoles y pueblos de la provincia afectados por la llamada "crisis de la basura" está bajo control, mientras miles de toneladas de residuos siguen en las calles.

ampliar foto

(EFE)

Bolsas de basura acumuladas ayer martes en una calle de la isla de Barano, cerca de Nápoles.

El Ejecutivo ha sido categórico y ha considerado injustificada la alarma desatada ante la eventualidad de que los productos agrícolas y lácteos de la zona puedan quedar contaminados de la dioxina desprendida de la combustión de las basuras.

A este respecto, la Confederación Italiana de Agricultores (CIA) de Campania (la región cuya capital es Nápoles) denunció hoy los "demasiados alarmismos" desatados, "que sólo logran asustar al consumidor sin motivos".

La CIA aseguró que las medidas de control son extremas y los campos no están contaminados, a la vez que Roberto Rubino, director de la revista especializada en producciones lácteas Caseus, dijo a los medios locales que la psicosis no tiene sentido, ya que las basuras están en las calles y los animales viven lejos de Nápoles.

A pesar de los llamamientos a la calma, según datos de la Confederación Italiana de Agricultores, la venta de mozzarella (queso fresco) de búfala de la Campania ha caído un 40 por ciento.

En Campania hay 230.000 búfalas, criadas en 2.000 empresas, en las que trabajan unas 20.000 personas y facturan por valor de 300 millones de euros.

Según la patronal agrícola Coldiretti la venta de productos agroalimentarios de la zona ha caído un 30 por ciento y la de vino y aceites un 20 por ciento.

Aunque todos aseguran que no hay riesgos, Pietro Micillo, presidente regional de la patronal Confagricultura, no excluye que algunas zonas cercanas a los basureros puedan verse afectadas por el riesgo dioxina, según los medios locales.

En medio de esta situación, hoy reabrió el centro de almacenamiento de basuras del pueblo de Caivano, donde se vertieron casi mil toneladas de residuos de Nápoles, ciudad que produce diariamente una media de 1.400 toneladas de basura.

En las calles de Nápoles, no obstante, siguen esperando ser recogidas unas 6.900 toneladas. La lluvia que cae en la ciudad sureña en las últimas horas ha dado un respiro, ya que el riesgo de incendio de basuras ha desaparecido.

En la provincia napolitana siguen tiradas en las calles 100.000 toneladas de desperdicios, debido a la falta de vertederos y a la implicación de la camorra (la mafia napolitana) en el negocio de la recogida de basuras.

Aunque el Gobierno dio órdenes de que los estudiantes se incorporasen a los colegios tras las vacaciones, unos 100.000, alumnos de colegios de la decena de pueblos afectados, siguen sin ir a clase, ya que los centros siguen cerrados.

Los militares enviados por el Gobierno para acabar con la llamada "crisis de la basura" están limpiando de residuos los alrededores de los centros, para permitir la entrada de los estudiantes.

El Ejercito ha enviado 250 hombres, 78 camiones y 36 tractores pala. Los partidos gubernamentales Verdes y Refundación Comunista han criticado el envío, alegando que su presencia supone una "militarización de los vertederos".

A pesar de que el primer ministro, Romano Prodi, llamó a la solidaridad a todas las regiones para que acepten residuos de Campania, hasta ahora sólo Las Marcas, Cerdeña, Emilia Romagna, Sicilia y Abruzzo se han mostrado dispuestas y ya han acogido basuras, mientras que el resto se niegan.

Los gobernantes de esas regiones temen que sus ciudadanos se revelen y se propague el "efecto Pianura", en referencia a las manifestaciones y duros enfrentamientos que en algunos momentos degeneraron en guerrilla urbana entre vecinos napolitanos y la policía para impedir que se reabra el basurero de Pianura.

Aunque el Gobierno aprobó un plan para afrontar la crisis que contempla, entre otras medidas, la creación de tres incineradoras y la apertura de varios vertederos, vecinos de las localidades napolitanas en las que se está estudiando abrirlos ya han mostrado su oposición y amenazan con acciones de protestas.

La Comisión Europea ha exigido a las autoridades italianas que tomen medidas para acabar cuanto antes con esta situación, ha amenazado con multas y exigido al Gobierno que ponga en marcha en Campania una estructura de recogida de basuras en línea con la legislación europea.