Por un Indiana Jones español

En España no existe ninguna titulación oficial de Egiptología. Por ahora. Egipto se está moviendo académicamente en España, y lo está haciendo gracias, sobre todo, al impulso de la cátedra de Egiptología de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid. El año pasado estrenaron el primer título de filología egipcia avalado por una universidad española. El motor hacia la licencitura está en marcha.

R.Duran (Flickr)

En España nunca habrá licenciatura. Llega tarde para eso. Pero sí habrá titulación oficial. Francisco Martín Valentín está convencido. Es profesor de la cátedra de Egiptología de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid. Desde ahí lideran la apuesta más fuerte en nuestro país para desarrollar los estudios sobre Egipto. Si su proyecto se cumple, en el curso 2010/2011 habrá un máster, denominación acorde con el proceso de Bolonia, tal y como señala EFE.

Tres años de primer ciclo y dos más de segundo ciclo. Martín Valentín nos ha explicado la propuesta de la Fundación, basada en los sistemas de Francia y Alemania. Al primer curso se accederá como a cualquier otra carrera, selectividad -o cómo se llame en el 2010- o prueba de acceso para mayores de 25 años. Al segundo ciclo se podrá llegar desde cualquier carrera, porque quieren hacer una Egiptología flexible para que haya "equipos interdisciplinares". Quien quiera llegar desde otros estudios, tendrá que demostrar unos conocimientos previos. Esta idea se aplica en Alemania a través de entrevistas personales, una opción para Martín Valentín, aunque tampoco descarta un examen de acceso.

Precisamente Alemania es, para Martín Valentín, el principal punto de investigación egiptológica. España, en cambio, "está con 200 años de retraso". ¿Y por qué tanto retraso? Por intereses coloniales, que no los teníamos. Además, en nuestro país, según este profesor, los estudios de Oriente Medio se basaron en el mundo bíblico, donde Egipto se repasa muy tangencialmente. Ambos factores hicieron que la historiografía española se centrara en América. Mientras, países protestantes (Reino Unido, Alemania, Estados Unidos) y con explotaciones coloniales en la zona desarrollaron las grandes expediciones en busca del antiguo Egipto.

España se sube con retraso al carro egipcio, pero Martín Valentín transmite la sensación de que nunca es tarde si la dicha es buena. En los años 60, la construcción de la Presa Alta de Asuán y el rescate de algunos de los monumentos que habrían quedado anegados trajeron a España el Templo de Debod. Fue el pistoletazo de salida para las expediciones arqueológicas españolas a Egipto. A día de hoy, ya hay cuatro (dos en Lúxor -una dirigida por Martín Valentín-, otra en Heracleopolis Magna y una más en El Bahnasa).

Poco después de Debod, llegó a España la democracia, el aperturismo y los viajes al extranjero. Martín Valentín explica que los españoles empezaron a conocer Egipto en los museos ingleses, alemanes y franceses. Libros, coloquios y la sociedad global terminaron de impulsar el interés por el mundo egipcio. Se ha creado una demanda social que busca formación en este campo.

Hay gente que quiere estudiar Egipto, pero, ¿es necesaria una titulación oficial? Para Martín Valentín, evidentemente, sí. Para Sandra Lozano, no. Todos barren para casa. Sandra es licenciada en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en arqueología. Especialista, no arqueóloga. No es arqueóloga porque ese título tampoco existe en España, no con reconocimiento oficial.

Aunque se alegrará por los egiptólogos si consiguen una titulación, Sandra no lo ve necesario. En primer lugar porque "no encaja con los criterios de Bolonia", que, según ella -y aunque no esté de acuerdo-, buscan una formación académica mucho más orientada al mercado laboral. "¿Y dónde vamos a poner a trabajar en España a los egiptólogos?". En segundo lugar y sobre todo, porque no es una prioridad: "Es más necesario un grado de Arqueología". Desde su punto de vista, los estudios de egiptología tendrán una importante base de arqueología, así que sería útil educar buenos arqueólogos. "Si formamos arqueólogos que sólo sepan de Egipto, mal vamos".