El cine norcoreano se estrena en Occidente

'The schoolgirl's diary', película de producción norcoreana, llega a las pantallas francesas, primera vez que un film de este país se distribuye comercialmente en el mundo occidental capitalista. Aunque la trama es previsible, su propaganda poco disimulada y la interpretación forzada, supone un soplo de aire y un acercamiento a la secreta cultura de un país que vive en una burbuja a la que es difícil entrar y de la que es casi imposible salir.

Kim Jong II, comunista de gustos occidentales.

Imagina que eres un dictador comunista, pero que casi todos los días te acuestas viendo una película de Hollywood. Después piensa que amas no solamente ver cine, sino también hacerlo, y que eso se traduce en un deseo inherente a todo creador de que su obra sea lo más vista posible, todo eso teniendo en cuenta que vives en un país cerrado al mundo occidental por tu culpa y del que pocas cosas se saben por deseo propio. Ésa es la paradoja de la vida de Kim Jong II, líder de Corea del Norte, de 65 años, cinéfilo empedernido, que alberga en su palacio una colección de más de 25.000 películas, muchas de ellas prohibidas para sus compatriotas.

Kim Jong II, quizá más temido en su país que puede que uno de sus 'alter ego', más por semejanza del nombre que por su corpulencia, King Kong, personaje al que, a buen seguro, ha visto en las versiones de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack (1933) y en la más reciente de Peter Jackson (2005).

Y en estas circunstancias llega un distribuidor francés, James Velaise, de Pretty Pictures, uno de los pocos extranjeros asistentes al Festival de Cine de Pyonyang de 2006 y queda fascinado por una película: 'The schoolgirl's diary'. Y el francés decide hacer una oferta para distribuir por primera vez comercialmente una película norcoreana en el mundo occidental. Todo un dilema para Kim Jong II.

«Su nombre no está en los créditos, pero todo el mundo nos dice que el líder norcoreano participó en el guión y montaje de la película», ha asegurado el distribuidor francés. El acceso a internet en Corea del Norte es limitado, por no decir inexistente. Toda la negociación se hizo a través de faxes en inglés y el pago, del que Velaise no ha querido desvelar la cantidad, se llevó a cabo pasando por cuatro bancos diferentes, incluido uno en una oscura ciudad rusa, según dice AP .

De golpe y porrazo una película del país más secreto y comunista que queda sobre la faz de la tierra se ve involucrada en la industria comercial del cine occidental. La paradoja de Kim Jong II. Bajo su mandato se hacen un buen puñado de películas en Corea del Norte, la mayoría propagandísticas, siempre bajo la supervisión del líder. Algo que corresponde siempre a todas las dictaduras, mucho más si el líder es alquien como Jong. Sólo unas pocas se han exhibido de forma gratuita en países afines como China y Cuba. O con muy poco éxito en Japón o Corea del Sur. El más sonado de los estrenos en Seúl fue 'Pulgasari', una historia de monstruos mutantes cuyo director pretendió convertir en un alegato contra las armas nucleares. Pruducida en 1985, se estreno en Seúl en 2000.

Fotograma de 'The schoolgirlŽs diary'

La película y la realidad norcoreana

'The schoolgirl's diary' (en coreano, 'Han Neyohaksaenguei Ilgi') es la historia de una adolescente rebelde que cuestiona los valores de sus padres. El personaje, Soo Ryun, se pelea con su padre ausente, un científico que pone el bien de la nación por encima del bien de su familia, así como con su trabajadora y sumisa madre. La actriz, Pak Mi Hyang, de 18 años, nunca ha salido de su país y el Régimen no le ha permitido hacerlo para participar en la promoción de la película.

Pese a las restricciones y la censura, la cinta supone un leve vistazo a cómo se vive dentro de uno de los países menos conocidos del mundo. Se observa la pobreza. Los personajes viven en un piso de dos dormitorios, duermen sobre alfombras en el suelo, se arropan con mantas de polyester y sufren una red eléctrica defectuosa y un mal sistema de calefacción. Pero están sanos y rollizos. No reflejan la hambruna que lleva azotando el país durante casi 20 años, que se ha llevado por delante la vida de dos millones de personas.

Corea del Norte sigue bajo en el punto de mira, no sólo de Estados Unidos, cuyo presidente, George W. Bush la mantiene en el llamado 'Eje del Mal' debido a su programa nuclear, sino también de las organizaciones humanitarias, por sus continuas violaciones de los derechos humanos. Rajiv Narayan, de Aministia Internacional, asegura que existe «sistemáticamente»: pena de muerte incluso para crímenes políticos, tortura de personas que tratan de salir del país, decenas de miles de prisioneros por sus ideas, restricciones de libertad, de expresión y de religión. Eso, evidentemente, no se ve en la película, pero el cine posibilita una nueva vía de comunicación entre Corea del Norte y el exterior. Y 'The SchoolgirlŽs diary' puede sembrar un precedente enriquecedor para el país asiático y para el mundo.