Caucus iowanos

Yo, señores, he estado en América. Poco y mal, pero he estado. Y he jurado en el papelito de inmigración que no mataré al presidente. Un juramento es un juramento. O sea, que esa opción la tengo del todo descartada. Y yo que, como decía, he estado en América, y tengo facilidad para pillar las cosas extranjeras al primer golpe de vista, sigo sin entender lo de los 'caucus' electorales.

MIKE THEILER (EFE)

El aspirante a la candidatura demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama.

Hasta donde yo entiendo, va la gente de Iowa, no toda, supongo, a un sitio, y se divide por grupos. Los iowanos que están con Hillary, de este lado; los que están con Obama, de aquel lado; los otros, donde puedan. Entonces sale uno del grupo de este lado e intenta convencer a los del otro lado. Y viceversa. Y los iowanos empiezan a moverse porque cambian de opinión. A eso lo llamo yo tener criterios sólidos: vas a votar por Obama, pero acabas votando por Hillary porque el jefe de su grupo cuenta chistes muy buenos.

En fin, cuando todos los que están allí se han aclarado y decidido, levantan la mano, se cuenta y se anuncia que ha ganado Fulano o Fulana, y que en Iowa ha sacado un impulso irresistible para la presidencia. ¿Será posible? ¿Es eso serio?

Ojo, que el 'american system', como le llaman, funciona. Lento, pero funciona. El Parlamento, la prensa, los tribunales, el sheriff del condado y demás instituciones hacen como que se contrapesan y la verdad acaba siempre reluciendo. Ahora ya saben que Bush es un capullo y que Sadam no tenía armas de destrucción masiva. Un poco más de tiempo, y decidirán que no valió la pena invadir Irak. Van a su paso, los americanos.

Y como el 'system' es tan eficaz, pueden poner de presidente a quien les dé la gana. Si uno no rige pero es simpático, como Reagan, pues adelante. O como Bush, que no sirve para nada pero dejó de beber, que siempre cuesta y tiene su mérito: pues se le da una oportunidad y se le hace presidente. O como Clinton, que se enrollaba con las becarias en el despacho y luego decía que no había sido él: pura dialéctica presidencial.