¿Quién podría estar detrás del secuestro de las dos cooperantes?

Médicos Sin Fronteras (MSF) sigue sin tener noticias de quiénes podrían estar detrás del secuestro de sus dos cooperantes el pasado 26 diciembre en Puntlandia, región semiautónoma al nordeste de Somalia. Carlos Ugarte, responsable de Relaciones Externas de MSF, ha manifestado en una rueda de prensa sus sospechas, "teniendo en cuenta la inestabilidad que hay en Bossaso, el secuestro podría estar más relacionado con grupos de piratas o redes de traficantes de personas, y no tanto con fines políticos". Sobre el posible rescate de 250.000 dólares pedido por los secuestradores, Ugarte ha asegurado que la ONG no tiene ninguna noticia al respecto y ha insistido en que "debemos mirar con cautela las informaciones que nos llegan de las agencias locales".

(EFE)

Mercedes García, cooperante española secuestrada.

El apresamiento de las cooperantes de Médicos sin Fronteras (MSF) en Puntlandia, región semiautónoma al nordeste de Somalia, podría tener tintes políticos. Ahmed Said Awnur, ministro de Pesca y Transporte Marítimo de Puntandia, quien encabeza el gabinete de crisis para la gestión del incidente, dijo en conversación telefónica desde Bossaso que atribuye el apresamiento a "grupos de somalíes interesados en desestabilizar el gobierno regional". Según el ministro, se trata de sectores "que desean dañar la reputación de las autoridades de Puntlandia y expulsar a los cooperantes humanitarios".

Este es el tercer secuestro de extranjeros que se registra en Puntlandia en los últimos ocho meses, una región que hasta hace poco se había mantenido relativamente estable frente a la anarquía crónica que sufre el resto del país desde la caída del dictador Mohammed Siad Barre en 1991. Además de las dos cooperantes de MSF, el periodista francés Gwen Le Gouil fue retenido durante ocho días antes de ser liberado a principios de esta semana, un incidente que siguió a la captura en abril de un trabajador británico, miembro de la ong CARE.

Ahmed Abdi, analista somalí de la BBC, que sigue de cerca el secuestro de las españolas, coincide en el potencial cariz político del ataque. Según Abdi, diversos clanes locales, contrarios a los recientes cambios en puestos de poder efectuados por el presidente de Puntlandia, el general Ade Mussa, podrían estar demostrando su descontento mediante este tipo de acciones. "El general Mussa remodeló su gabinete hace poco y también cesó a algunos alcaldes para designar a otros nuevos, entre ellos al de Bossaso, una decisión controvertida" señala. "Los recientes nombramientos no han caído bien entre algunos clanes y el secuestro podría ser la manera de manifestar que se sienten agraviados".

Con agua y buenas condiciones

El estado de salud de las dos secuestradas podría ser favorable. Aunque Médicos sin Fronteras no ha podido meter en la zona el equipo medicalizado que ha enviado, la organización tiene datos de que están en buenas condiciones y tienen agua y comida suficiente. «La información no la tenemos confirmada al 100% pero nos ha llegado de distintas fuentes por eso la hemos dado credibilidad», ha explicado Paula Farias, presidenta de MSF en España.

Ahmed Said Awmur confirmó que cientos de agentes de policía mantienen cercados a los secuestradores en un lugar montañoso de las afueras de Bossaso y que las negociaciones para la liberación de las dos cooperantes, la médico española Mercedes García, y la enfermera argentina Pilar Bauza, se reanudaron esta mañana. El embajador español en Kenia y Somalia, Nicolás Martín Cinto, y el cónsul argentino han llegado a Puntlandia para intervenir en la crisis donde hay un equipo de refuerzo de MSF.

El secuestro de extranjeros es sólo uno de los elementos desestabilizadores que han azotado a Puntlandia durante el último año. Las autoridades regionales se enfrentan a la lacra de los piratas que actúan en el Océano Índico y a la avalancha de refugiados procedentes del sur del país, desplazados por la guerra que asola la capital, Mogadiscio. Según estimaciones de la ONU, el conflicto ha generado 600.000 refugiados, 240.000 de ellos desde finales de octubre. "Hacemos lo que podemos", dice Ahmed Said Awnur. "Pero la dimensión de los problemas nos supera. Necesitamos ayuda urgente de la comunidad internacional".