CHIPRANA (ZARAGOZA).- Muchos de los conductores, recién incorporados al mundo de las dos ruedas, acaban de hacer un fatal descubrimiento: el frío. Va por zonas, pero en algunas de ellas nos atrevemos a ampliar el término: mucho frío. No te desesperes.
En estos tiempos que corren se puede decir eso de que está todo inventado. La industria auxiliar de la motocicleta ha importado a España un artilugio muy usado en centroeuropa: la manta cubrepiernas.
El nombre lo dice todo. También llamados delantales, constituyen un invento muy eficaz y los hay para todos los modelos, tanto para motos, como para scooters.
Una imagen vale más que mil palabras, pero he aquí mi descripición:
Son como una especie de alforjas que caen a ambos lados de la moto. Están fijadas a la zona del manillar mediante correas y se levantan desde el asiento para introducir nuestras piernas debajo. De esta manera, nos protege del frio, como una manta.
Tienen algunas limitaciones, pues aunque la mayoría van enganchadas a la cintura, a mucha velocidad, pueden ocasionar un «efecto vela» y hacer la conducción muy sensible al viento lateral.
Los fabricantes de estos productos nos piden que moderemos especialmente la conducción los días ventosos. De todas formas, no parece que sea apropiado circular a alta velocidad con ellas y, por supuesto, circulando dentro de los límites legales de velocidad, no deberían ocasionar ningún problema.
Las mantas cubrepiernas pueden recogerse como una vela si el tiempo mejora. Parece que el uso más habitual será el siguiente: A primera hora de la mañana circularemos con todas las protecciones posibles. Durante el resto del día, si volvemos a movernos en moto, es posible que la temperatura aumente y sea mejor replegar velas y movernos con la moto en estado convencional.
La firma que tiene un catálogo más amplio de producto es Bagster, y su precio ronda entre los 90 y los 150 euros dependiendo del modelo. Es el precio de circular calentito.
El invento funciona, aunque reconocemos que en círculos de moteros acérrimos, el artilugio vive rodeado de una especie de sorna. Sopesa sus ventajas e inconvenientes. Al final, como siempre, tú decides.