El Villarreal, espejo del Getafe

Madrid.-  La visita del Villarreal al Coliseúm Alfonso Pérez ha reavivado el interés del Getafe, una entidad joven en la máxima categoría del fútbol español que pretende, a su manera, alcanzar las cotas insospechadas que acumula la trayectoria de un club como el castellonense.

La línea por la que camina el Getafe pretende cruzarse por la senda que trazó el Villarreal, un desconocido para la gran masa hace una década, pero que ahora está incrustado en la historia reciente del fútbol español.

Hace nueve cursos que la entidad dirigida por Fernando Roig ascendió a Primera gracias a una eliminatoria de promoción que le ganó al Compostela. Había quedado cuarto en la clasificación de Segunda de la temporada 1997-98. Y no desperdició la ocasión para amarrar la oportunidad esperada. El salto de calidad que ansiaba la entidad.

Había culminado el Villarreal un crecimiento meteórico. Veintitrés años en Tercera División, cuatro en Segunda B y nueve en Segunda integraban el grueso de la vida de un club fundado el 10 de marzo de 1923.

Mucho tuvo que ver en ello la irrupción del empresario Fernando Roig, que en el pasado mes de mayo cumplió diez años al frente de la entidad. Artífice de la estabilidad del 'submarino amarillo', que este curso ha estado a orillas del liderato de la competición.

Lejos de pasar apuros en la categoría y una vez solventada la etapa de aclimatación en la Primera División en los años de inicio, el Villarreal ha engordado su trayectoria a marchas forzadas. Se ha estabilizado y es una entidad solvente deportiva y económicamente. Un clásico en Europa, donde irrumpió, al principio, vía Intertoto. Una especie de promoción. Igual que cuando llegó a Primera. Fue entrar y no salir.

Después, sus presencias en el Viejo Continente fueron por méritos propios. A lo grande. Especialmente la que le llevó, incluso, a la Liga de Campeones tras quedar tercero en el curso 2004-2005. Fue el año en el que el uruguayo Diego Forlán, ahora en el Atlético de Madrid, terminó como máximo artillero. Después llegó su mayor éxito. La semifinal ante el Arsenal. Eran buenos tiempos para el técnico, el chileno Manuel Pellegrini. Antes de las desavenencias con el argentino Juan Ramón Riquelme. Ahora en el Boca Juniors.

A orillas de la final del principal torneo continental que le hubiera medido al Barcelona. No tuvo vértigo la entidad de Roig, que disfruta de un nuevo proyecto en la nobleza de la liga. Asentado entre los grandes y revalorizando la confianza en su técnico.

Es un espejo para el Getafe. Un recién llegado en comparación al cuadro levantino. Cumple su cuarto año en Primera y ya viaja por Europa. Ángel Torres se mira en el espejo de Roig. Salvando las distancias.

Disfruta en el extranjero, aunque en la Copa de la UEFA. Y su final fue la de la Copa que le arrebató el Sevilla. Igual que su homólogo mantiene la fe en el proyecto. Y confió en Michael Laudrup a pesar de que al principio le vinieron mal dadas. Torres carece del talonario aparentemente ilimitado de Roig, que alcanza para nombres contrastados. Vive de cesiones rentables y de contrataciones de inspiración que le han dado buen resultado.