Nuevo remedio contra la crisis, hacer el agosto con los concursos SMS

El incremento de los concursos SMS se ve acompañado por un incremento en prácticas fraudulentas de participación. Tras la regulación de los SMS Premium promovida por la Administración, las empresas responsables de concursos SMS –operadoras y televisiones principalmente— quieren atajar el creciente fenómeno de jugadores fraudulentos.

En la película 21 Black Jack, el profesor del MIT Mickey Rosa –interpretado por Kevin Spacey- instruía a sus alumnos en las mejoras formas de engañar a la “banca”. Ficción y realidad van de la mano y parece que no hay que irse hasta Las Vegas para encontrar casos similares.  La promoción Forrado de Vodafone, con premios totales de cinco millones de euros,  o Una Casa al Día de Telecinco son reclamos suficientemente jugosos para que algunos se decidan a participar escondiéndose cartas en la manga.

La AESAM, asociación que agrupa algunas de las empresas organizadoras de concursos televisivos a través de SMS,  revela que ha detectado un aumento “significativo” del número de participantes que recurre a sistemas de software para multiplicar sus opciones de obtener el premio de manera fraudulenta.  A más mensajes enviados, más opciones de ganar.

La detección de participaciones fraudulentas pasa por el uso de otras herramientas que permiten medir el lapso de tiempo entre un SMS y otro. Según fuentes de AESAM, “es físicamente imposible enviar dos SMS en 0’2 segundos. Identificar esta pauta repetidamente por parte de un usuario nos lleva a sospechar que está usando un software de envío masivo y que su participación es fraudulenta”. En algunas de las promociones, cuyas bases son públicas y son gestionadas por el Consejo General del Notariado, ya se incluyen medidas concretas  para atajar esta posibilidad, y sus bases son tajantes respecto al uso de software: prohibido. “Las compañías tenemos el compromiso legal de garantizar el correcto cumplimiento de las bases”, añaden desde AESAM. “Todo el proceso se hace ante notario, con luz y taquígrafos. Además, deben ser concursos transparentes, en el que todos los concursantes tengan las mismas opciones. No podemos permitir que algunos nombres propios se repitan sucesivamente en los listados de ganadores que se hacen públicas tras finalizar los concursos”.

Efectivamente, hay nombre propios que suenan familiares entre las listas de premiados de estas promociones, como los integrantes de la Familia Vicho  , que en mayo de este año ya se había embolsado 850.000 euros en concursos por SMS, o los de Guo Guo Shaofen o Maria Luisa Gutierrez García, que fueron premiados varias veces en una promoción de Vodafone.

El aumento de estos participantes “fantasma” ha llevado a las empresas que poseen la  plataforma tecnológica necesaria para organizar estos concursos a plantearse crear grupos de trabajo conjunto y compartir la información necesaria para minimizar estas prácticas. Entre otras acciones, se estudia la creación de un registro de participantes fraudulentos y compartirlo entre sí para negar a sus integrantes la posibilidad de inferir en el desarrollo estos concursos.

Los concursos de televisión y las promociones en las que el concursante participa a través de SMS Premium o llamadas telefónicas son un negocio en expansión para cadenas de televisión –especialmente desde la caída de los ingresos publicitarios- y operadores de telefonía.