Eurobasket ´09 (Final). España 85 - Serbia 63: todo llega para quien sabe esperar

Imperial. Dinástica. La selección española de baloncesto ha vuelto a hacer historia al derrotar en la final del Eurobasket de Polonia a Serbia por un 85-63 con el que consiguen hacerse con la hegemonía continental por primera vez en su historia. Con Pau Gasol (18 puntos y 11 rebotes) al mando de las operaciones, España ha vuelto a demostrar de qué pasta (dorada) está hecha.

Otra foto para la historia: ¡CAMPEONES DE EUROPA!

Hasta la de ayer, habían sido seis las finales de un Eurobasket que habían tenido a España como protagonista. En todas ellas, nuestro equipo acabó el campeonato continental con el regusto amargo que otorga esa medalla de plata que, lejos de significar un fracaso, se obtiene después de perder el último y definitivo partido. Ese partido que siempre nos había separado de algún modo de una gloria que hasta ahora no habíamos alcanzado.

Generaciones y generaciones de profesionales de la canasta que se quedaron a las puertas del reconocido éxito de la victoria a nivel europeo. Desde Rafa Martín, en aquel primer Eurobasket de Ginebra en 1935, hasta los Alberto Herreros o Alfonso Reyes, pasando por aquel espectacular combinado formado por Epi, Corbalán o Fernando Martín. Todos contribuyeron de forma constante y a través del trabajo de muchos, a enseñarle el camino del éxito a un grupo de jóvenes que irrumpió de manera sorprendente en el panorama baloncestístico español. A pesar de ello, los Gasol, Navarro, Reyes y compañía, incrédulos de ellos aún tuvieron que chocar contra el muro del amargo sabor de la medalla de plata hasta dos veces para convertirse en... 

¡¡¡Campeones de Europa!!! La selección española se quitó ese enorme peso de encima que tantos años le ha perseguido, colgándose la medalla de oro en un Eurobasket por primera vez en la historia del baloncesto español. Y como si el destino le debiera una oportunidad al combinado nacional, España ha tocado el cielo con las manos contra el mismo rival que les abrió las puertas del infierno en la primera jornada del campeonato, Serbia. Una medalla de oro tan deseada al inicio del Eurobasket como inesperada a medida que pasaban los días en Polonia; una medalla de oro que, por lo que ha costado conseguirla y por lo que significa después de tantos años, sabe a algo más.

Todos en la cancha y en el banquillo eran conscientes de que, esta vez sí, se encontraban en el sitio adecuado en el mejor momento posible para conseguir el cetro continental que tanto se nos ha resistido hasta ahora, saldando así la deuda que el baloncesto tenía con nuestro equipo. De ahí los nervios al inicio del partido (porque no se nos olvide, que para ganar la medalla de oro primero tuvimos que ganar un último partido), transformados en errores de todo tipo en ambas canastas. Pero al igual que durante estas dos semanas, España ha demostrado que nada es como se empieza, sino como se acaba, de forma que se puso a engrasar, con el paso de los minutos, la máquina que iba a dejar en anécdota todo lo acontecido anteriormente en Polonia.

Navarro, Ricky Rubio y Garbajosa abrieron "la lata" serbia a base de triples, otorgando las primeras ventajas a España (13-5), que lo había intentado en los primeros compases del partido insistiendo con balones interiores a Pau Gasol. La ventaja pronto se estiró de manera que todos entendimos que los de Scariolo no iban a dar ninguna opción a que Serbia se interpusiera en el camino hacia la medalla de oro. Rudy encabezaba un vendaval ofensivo que Navarro se ocupó de corroborar en una de esas noches en las que el catalán se hace dueño del partido desde el primer minuto (siete puntos llevaron su firma en este primer cuarto, que acabó 24-14).

En el segundo periodo llegaron las primeras dudas. En apenas un minuto España cometía su quinta falta personal, mandando así a los serbios a la línea de tiros libres una y otra vez. Aún así, el único jugador de Serbia que parecía cómodo en la pista era Uros Tripkovic, autor de 10 puntos en el primer cuarto, que no se dejó avasallar por el inicio español. Tuvo que ser esta vez Raúl López quien entrara en la cancha para revolucionar de nuevo el partido, colocando primero un espectacular alley-hoop a Gasol, y propiciando después rápidas salidas a la contra que aprovechaban Rudy y Felipe Reyes para colocar la máxima diferencia en el marcador (34-18).

Si bien el partido se atascó por culpa del ritmo pausado que se consigue estando ambos conjuntos en bonus de faltas, España siguió dominándolo con la contundencia con la que Felipe Reyes se hacía dueño y señor de los tableros (8 puntos y 7 rebotes en 7 minutos), o con la facilidad con la que Pau Gasol encontraba el camino al aro para anotar canastas de todo tipo. Así, y con una canasta sobre la bocina del de Sant Boi, España se marchaba a los vestuarios con el marcador a favor de 52-29. Como si de la final del Mundial de Japón se tratase, nuestra selección dejaba vista para sentencia una nueva medalla de oro al descanso, consiguiendo además esta vez el récord histórico de diferencia en el marcador en los primeros veinte minutos en la final de un Eurobasket. 

Entonces reinamos el mundo, hoy reinábamos Europa. Nadie podía parar a una selección lanzada a por el oro, ávida de un nuevo triunfo que llenara de gloria las páginas de nuestro baloncesto. De ahí que ya en el tercer cuarto, nada fuera capaz de frenar el ímpetu por devolver a la realidad al rival que ya cuestionara su hegemonía. La diferencia se redujo al inicio del periodo gracias al acierto de Velickovic y de los primeros despistes defensivos en España (58-44), pero de nuevo la salida a cancha de Raúl López, en esta ocasión de la mano de Sergi Llull, puso la situación en orden antes del final del tercer cuarto (67-44).

Cabezas salía desde el banquillo para unirse a la fiesta con 7 puntos casi consecutivos que acercaban peligrosamente la diferencia hasta los 30 puntos (79-50). Scariolo sacaba de la pista a un Pau Gasol estelar (18 puntos, 11 rebotes y 3 tapones), que abandonó el parquet polaco entre la ovación de un público convencido de que se despedía del MVP del Eurobasket. Serbia maquilló el resultado hasta el definitivo 85-63, dejando la puerta abierta al reencuentro con el éxito de los de Ivkovic, quién sabe si futuros dueños del continente.

Pero el turno ahora es de Pau Gasol, Rudy Fernández, Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro, Víctor Claver, Felipe Reyes, Carlos Cabezas, Raúl López, Sergi Llull, Marc Gasol, Alex Mumbrú y Jorge Garbajosa, quienes con este nuevo hito no hacen sino honrar a todas aquellas generaciones que antaño defendieran la misma camiseta y a las que tanto se les resistió el dulce sabor de la victoria, el lugar más alto en el podio. Un primer puesto, una medalla de oro, con la que este grupo de jugadores españoles firma una década plagada de éxitos a la que ha sumado un mundial (Japón 2006), un europeo (Polonia 2009), una medalla de plata olímpica (Pekín 2008), dos subcampeonatos europeos (Suecia 2003 y España 2007), y un bronce continental (Turquía 2001).

¿El mejor jugador? La duda ofende. Pau Gasol ha promediado 18.7 puntos (con un escandaloso 66,3% en tiros de campo), 8.3 rebotes y 2.2 tapones, siendo tan determinante como su equipo ha necesitado que lo fuera en partidos dramáticos como el que nos enfrentó a Lituania (19 puntos), Polonia (20 puntos) o a Francia, a quien machacó con 28 puntos y un total de 35 de valoración. Máximo anotador del Eurobasket por segunda ocasión, el de los Lakers se convierte en el primer jugador que consigue el anillo de la NBA y la medalla de oro en un Eurobasket en la misma temporada, un logro que pone de manifiesto el compromiso y el talento de un jugador que no deja de asombrarnos. 

¡¡¡Campeones de Europa!!! Por más que uno lo escribe, no termina de creerselo. Algo presumiblemente tan fácil para todos hace apenas dos semanas, y con lo que tantos hemos vibrado conscientes del trabajo y el esfuerzo que hay detrás de cada victoria. Detrás de cada paso, que empezaran a darse allá por 1935, y que hoy dan con nuestros huesos sabiendo disfrutar de una medalla de oro merecida a todas luces. Enhorabuena a todos los que habéis seguido tan fervorosamente (para bien o para mal) este Eurobasket. Enhorabuena a todos los que lo hayan vivido (desde fuera o desde dentro) y sufrido la casuística de este grupo, tan humano como nos lo podamos imaginar (y más). España: enhorabuena, gracias... y hasta la próxima.