Eurobasket ´09 (Semifinal). España 82 - Grecia 64: oro parece, plata no es...

¡España ya está en la final del Eurobasket! Un espectacular partido en defensa de los de Scariolo, liderados una vez más por Pau Gasol (18 puntos y 6 rebotes), bien vale una final. La selección ha vuelto a mostrar su mejor versión al derrotar a Grecia por un expeditivo 82-64 y luchará contra Serbia por la medalla de oro.

¡MVP! ¡MVP! Incluso desde el suelo lo intenta Pau Gasol. Cualquier canasta es buena para conseguir este Eurobasket.

 ... el que no lo adivine, bien tonto es, que diría el acertijo. Más que tontos, de ilusos sería pensar que esta selección española de baloncesto no va a volver a escribir con letras de oro en la historia del baloncesto nacional. No sabemos a qué sabrá hasta que no termine el partido de mañana, pero si algo tenemos claro, es que este equipo vuelve a oler a oro.

Y es que en el camino hacia tan preciado metal se encontraba Grecia, como penúltimo obstáculo antes de alcanzar tan soñada final, la séptima en un Eurobasket para España. Pero de nada sirvió esta vez el juego duro y agresivo de un equipo al que parece haber cogido la medida el grupo liderado, una vez más, por un Pau Gasol que dejó una sensación de dominio y superioridad muy por encima, si cabe, de lo que dictan sus números. 18 puntos y 6 rebotes en tan sólo 21 minutos de juego para el de Sant Boi, quien en esta ocasión se encontró arropado por un equipo en el que no desentonó nadie.

Rudy Fernández volvió a ejercer de estrella (14 puntos y 3 robos); Sergi Llull se destapó para tapar con rabia sus errores de anteriores partidos; Cabezas nos recordó que sigue formando parte de esta selección defendiendo a la perfección a Spanoulis, la estrella helena, y dirigiendo magistralmente al equipo... Con todo eso, y la labor una vez más de grupo, de equipo, para mostrar una inusitada intensidad defensiva y una inspiración que rayaba lo divino en ataque, la victoria, y con ella el pase a la final, estaban cada vez más cerca.

Desde el primer minuto, el ritmo de partido habían de imponerlo los españoles. Evitar que Grecia se hiciera con él era una de las primeras consignas, de ahí que las primeras ventajas llegaran a la carrera (7-2). Claro que si algo se le puede achacar al equipo de Scariolo en este Eurobasket es el rebote defensivo, situación que aprovechó a la perfección Bourousis para otorgar las primeras ventajas a su equipo (9-10). A partir de este momento, el equipo griego se encerró planteando una defensa zonal que frenara el ritmo de anotación del equipo español. Pero con lo que no contaban los de Kazlauskas era con las 4 pérdidas de balón que iban a propiciar, al término de ese primer periodo, puntos y puntos al contraataque para un Rudy Fernández enchufado que puso en marcha un parcial de 8-0 que se encargó de sellar Cabezas con un triple. España 26 - Grecia 19.

Otro parcial de 8-0 al inicio del segundo periodo amenazaba con romper del todo el partido antes del descanso, pero si hay un equipo que nunca da su brazo a torcer hasta que suena la bocina, ese es Grecia. Ya sea con oficio, o como en este caso, con polémica. La entrada de Schortsanitis en cancha ponía en evidencia aún más los problemas de España para capturar sus propios rebotes, a pesar de que Bourousis (castigado con una técnica - su tercera falta - tras intentar propinar un codazo a Rudy) vivía el partido desde el banquillo junto a Spanoulis, desquiciado ahora por Ricky Rubio. Así las cosas, España se marchaba a los vestuarios gozando de una incómoda ventaja de 9 puntos (49-40). Y es que es en este tipo de ríos revueltos donde más y mejor pescan los griegos.

Momento de Gasol. Momento de Rudy. Entre las dos estrellas españolas dinamitaron el partido hasta alcanzar la máxima diferencia en el marcador (58-42), llevando el partido a un terreno donde los sentimientos y las sensaciones iban a jugar un papel más importante que cualquier situación técnico-táctica. En Grecia irrumpía un intermitente Nick Calathes, y volvía a pista Bourousis, pero la ventaja para España no solo no disminuía, sino que crecía con el paso de los minutos (69-51).

Claro que si el fin eran los casi veinte puntos de diferencia en el marcador, los medios justificados no eran los que Grecia hubiese previsto. Y es que mientras los helenos ponían a todos sus titulares en cancha, España respiraba gracias a los excelentes minutos de Carlos Cabezas, que habiendo encontrado un socio a la carrera como Sergi Llull (9 puntos), se gustó convirtiendo el triple que ponía tierra de por medio, o lo que es lo mismo, veinte puntos de diferencia con un rival totalmente herido. Ni Pau Gasol, ni Navarro, ni Rudy. Dos suplentes dieron la estocada final a una Grecia que no es capaz de acabar con una "maldición" que lleva camino de convertirse en rutina. Al final, 82-64 para España.

Siempre se interpone en nuestro camino al éxito, y nunca sale bien parada. Grecia, una vez más, nos abre las puertas de la medalla de oro. La que puede ser la primera de nuestra historia en un Eurobasket. La que puede ser el espaldarazo definitivo de una generación ganadora, a la que poco le faltaría por conseguir a nivel de resultados. Disfrutemos del buen sabor de boca que nos otorga el trabajo bien hecho, saboreemos el éxito que nos lleva a la cuarta final y medalla consecutiva, y descansemos, que el oro nos espera (Serbia mediante).