Eurobasket ´09 (V). España 84 - Lituania 70: una terapia peligrosa

Los cuartos de final ya están un poco más cerca. España ha derrotado a Lituania por 84-70, dejando fuera de la lucha por las medallas al equipo que primero golpeó nuestras ilusiones, y recupera así todo tipo de sensaciones de cara al próximo partido contra Polonia. Pau Gasol fue el líder estadístico de un equipo que volvió a actuar como tal.

La rabia contenida de España se desató contra Lituania

 Todo llega para quien sabe esperar. O eso dicen, y España en este caso ha necesitado de cinco partidos en este Eurobasket para empezar a recuperar sensaciones en la cancha. Sensaciones que perdiera en el último amistoso antes de viajar a Polonia, precisamente contra Lituania, a quien ahora ha arrebatado del todo la posibilidad de luchar por las medallas. Arrieritos fuimos, y en el camino nos encontramos.

Para ambas selecciones el partido era crítico: de perder el partido que les enfrentaba, la selección báltica quedaría eliminada,  y los chicos de Scariolo deberían esperar a los resultados de la última jornada para asegurarse un puesto en los cuartos de final. Quizás por eso los dos equipos salieron concentrados desde el primer cuarto del partido, aunque Lituania sumó agresividad y dureza a su juego cada vez que el balón llegaba a las manos de Pau Gasol. Todo ello, junto al acierto de Kalnietis (8 puntos en el primer cuarto), empezó a poner las primeras ventajas para los de Butautas (10-15) tras el empuje inicial de Rudy y Navarro. Antes del primer tiempo muerto, la diferencia se disparaba a los 9 puntos (10-19) merced a una intensidad defensiva que marcaba diferencias entre ambos equipos, lo cual no hacía presagiar nada bueno. 

España se encontraba totalmente superada por la situación, y el escaso acierto desde la línea de tiros libres tampoco acortaba distancias. La mejor noticia, a pesar de todo ello, es que al final del primer cuarto Lituania "solo" ganaba por 9 puntos (15-24). La terapia de grupo de la que tanto hablaban los jugadores de nuestra selección tras la última derrota ante Turquía no parecía dar sus frutos, hasta que Lituania pisó el freno. Fue entonces cuando la selección española (a la que estábamos tan acostumbrados, digo) saltó a la pista por primera vez en cinco partidos dándose a conocer en tierras polacas: contraataques, intensidad defensiva, robos de balón, acierto exterior... España abrió los ojos a propios y extraños con un juego que rozaba la perfección tanto en ataque como en defensa, y del que parecían haberse olvidado.

Así, con los triples de Navarro y Garbajosa, la agobiante defensa de Ricky Rubio, y la magnitud del juego de Pau Gasol en ambos lados de la cancha, la selección española consiguió un parcial de 23-0 que recordaba al juego alegre y descarado que practicara allá por 2006 en el Mundial de Japón. Una demostración de poderío sobre el parquet polaco que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar, y que tantas veces fue suficiente para acabar con las opciones del rival a disputar el partido. Pero con 38-24 en el marcador Lituania reaparecía en el partido gracias a un triple de Kleiza, que despertó a su equipo del letargo en el que estaban inmerso, consiguiendo reducir la diferencia en el marcador antes del descanso hasta los 8 puntos (40-32). Lituania aún estaba viva. 

La diferencia tras el descanso llegó a ser de 5 puntos (42-37), pero la magia de Ricky Rubio (9 asistencias) regresó para fortuna de la selección, y la importancia de Rudy y Pau Gasol (16 puntos entre el segundo y el tercer cuarto) en esta selección, trajo la calma necesaria después de la pequeña tormenta lituana. Sin miedo a fallar, Raúl López y Felipe Reyes se unían a la fiesta aportando esa catidad ingente de intangibles que no reflejan las estadísticas, pero de las que también participa una reacción de este calado. Al final del tercer periodo, España casi había resuelto con éxito su primer "match-ball" de este Eurobasket, poniendo la máxima diferencia en el marcador, cuya brecha supera los 20 puntos (64-43).

En el último cuarto, Lituania quiere pero no puede. El daño ya estaba hecho, y la terapia de choque les había "elegido" como protagonistas secundarios del que iba a ser su último partido todavía con opciones de entrar en la lucha por las medallas. Un parcial de 0-8 hace que los fantasmas del partido contra Eslovenia se asomen, pero España sobrevive gracias al acierto de Rudy Fernández y Juan Carlos Navarro, y se permite el primer final relajado y cómodo (84-70 tras el mate de Marc Gasol sobre la bocina) antes de la siguiente "final" del miércoles ante Polonia, partido que los de Scariolo tendrán que ganar o ganar para alcanzar los cuartos de final del Eurobasket.

Recuperar a Garbajosa y al mediano de los Gasol es una buena noticia; que Ricky vuelva a ser ese jugador por el que suspira el planeta entero, y que jugadores como Pau Gasol o Navarro y Rudy recuperen sus galones, también; pero lo más importante, son las sensaciones que se desprenden de esta victoria. España ha despertado a tiempo tanto dentro como fuera de la cancha. Y es que el simple hecho de celebrar con rabia una canasta, o el de sonreir mientras dos compañeros se chocan la mano tras una buena (o mala) acción, es algo que de un tiempo a esta parte, nadie ejecutaba con soltura, con sinceridad, con compromiso e ilusión. Quizás por que ser español empezaba a ser una excusa, y no una responsabilidad...