Eurobasket ´09 (I). España 57 - Serbia 66: el cántaro español se rompe otra vez

Decepcionante derrota de España en su debut en Polonia. Los de Scariolo no llevaron la iniciativa en ningún momento del partido, y no acertaron con el tiro, propiciando así la primera victoria de Serbia sobre España desde 2001, esta vez por 57-66.

Recuperarle no fue suficiente: Pau Gasol no cambió en su regreso a las canchas a una irreconocible selección española

 En esta ocasión la fuente no fue lituana, sino serbia. Pero el cántaro español se hizo añicos por segunda vez consecutiva (lo cual no le sucedía a nuestro baloncesto desde el Eurobasket de 2005), esta vez sin justificación aparente. Vaya, algo de mérito han tenido los chicos de Dusan Ivkovic, pero mayor ha sido el demérito de un equipo español que prácticamente sin ausencias, ha echado de menos su "magia".

Desparpajo, picardía, velocidad... nada de eso se vio en Lituania, y nada de eso se ha visto en el estreno del equipo de Sergio Scariolo en el estreno en Polonia. Un partido oficial ha bastado para seguir alimentando un escepticismo del que muchos se negaban a presumir, habida cuenta de la máxima que predica que un día malo lo tiene cualquiera. Contra Serbia, segundo día malo, segundo partido peor. Impotencia, decepción, abandono... eso es lo que lució España en cancha contra Serbia.

De inicio a fin, Serbia dominó el partido. Milenko Tepic se encargó de inaugurar el marcador desde más allá de la línea de 6,25, y desde entonces toda ventaja cayó del lado serbio. Ni siquiera la salida de nuestra más insigne estrella, recuperado de la lesión que le ha impedido disputar ningún partido amistoso, conseguía detener la inspiración de los serbios. Seis puntos prácticamente consecutivos de Pau Gasol, maquillaron un marcador, al final del primer cuarto (12-15), que no llevaba del todo la calma al banquillo español.

Unos primeros diez minutos que servirían de calco para el siguiente periodo. Si en el primer cuarto fue Velickovic (sin duda un gran acierto para el Real Madrid) quién catapultó a los suyos a las primeras ventajas en el marcador, en el segundo cuarto Tripkovic y Perovic tomaban un inspirado relevo que garantizaba cómodas rentas desde el perímetro y desde la pintura, donde también empezaba a sentirse cómodo el NBA Nenad Krstic. Esta vez fue Raúl López quien intentó cambiar la dinámica española, y consiguió recortar distancias, pero de nuevo España naufragaba en su intento. Al descanso, 23-38 del lado balcánico.

Aunque si esos 15 puntos de diferencia hacían daño, mucho más daño hacían las caras de nuestros jugadores. Un dato mucho más hostil de cara al aficionado que ese desilusionante 0 de 10 en lanzamientos de tres puntos, o los paupérrimos 23 puntos al descanso. Sus rostros no dejaban lugar a la imaginación, al deseo de que todo estuviese siendo una pesadilla, y que del vestuario saldrían nuestra verdadera selección con hambre de victoria. Pero nada más lejos de la realidad, la apatía de los de Scariolo se contagiaba y Serbia se aprovechaba de ella poniendo máxima tras máxima en el marcador.

El de Brescia planteaba una zona 2-3 que atascaba  el ataque serbio, y que daba luz verde a una remontada en la que ya nadie creía. Del 27-44 al comenzar el tercer periodo, se pasó al 37-46 una vez planteada la alternativa zonal en defensa. Entró el primer triple, surgió de nuevo la figura de Pau Gasol, y Raúl López volvía a imprimirle algo de velocidad al juego de nuestra selección, pero... a Serbia nada de eso le importó, ni siquiera le incomodó, y siguió dominando el partido sin caer en la angustia que bien podría haberles hecho caer en la desesperación y la consiguiente derrota. Un nuevo parcial de 0-10 cerraba el tercer cuarto (37-56), que no daba pie siquiera a la suerte con la que cuentan aquellos equipos que aun sin merecerlo, ganan tantos y tantos partidos. 

Y en este caso, apelar a la épica significaba agarrarse al coraje de Felipe Reyes, que no falla ni cuando únicamente dispone de 14 minutos en cancha (imposible hacer más en menos tiempo), y al descaro de Sergi Llull, que conseguía devolver la esperanza a su equipo con 7 puntos seguidos (50-59). Scariolo ordenó la defensa en zona que más alegrías le ha dado en su carrera en los banquillos, la 1-3-1, pero Krstic volvía a aparecer para dictar sentencia, y decidir así el partido con 17 puntos en su haber. 

En el marcador, el 57-66 final hacía hundir la cara de los nuestros en sus respectivas toallas. Ni la ausencia de Rudy, ni la falta de ritmo de competición de Pau Gasol. No hay excusa para los vigentes campeones del mundo, y subcampeones olímpicos y europeos. Tan sangrante ha sido el 2 de 19 en triples, como el 15 de 28 en tiros libres; tan incomprensible han sido los 14 minutos de Felipe Reyes, como que el referente interior de la selección durante la preparación, Marc Gasol, tan sólo lanzara una vez a canasta en los cuarenta minutos; tan decepcionante ha sido el escaso acierto de Navarro, como la "estrella silenciosa" (y tan silenciosa) que ha sido Garbajosa en la cancha. Dicen que cuanto más dura es la batalla, más dulce es la victoria, pero ésta está aún por llegar.

El próximo rival será Gran Bretaña. Un obstáculo más en el camino de una desconocida selección española que tendrá que jugar a partir de sufrir en cancha el favoritismo que se le supone todavía por unos, y la desconfianza de otros. Otros muchos, que ni siquiera confían en que Gran Bretaña sea el rival adecuado para encontrar esa fuente de inspiración a la que volver con el cántaro vacío, y llenarlo de nuevo de esa "magia" que parece olvidada. Y es que, hasta que se les demostraron lo contrario, también lo pensaban de Serbia. Sin embargo Pau Gasol lo tiene claro: "No es el comienzo que hubiéramos querido, pero esto es como se acaba, y no como se empieza" Una vez más, el de los Lakers nos ofrece a los aficionados un kit de salvamento en forma de ilusión y esperanza, compromiso. Cuanto antes, y de la mejor manera posible, que así sea.