Risto está solo

Con gran algarabía mediática y sobredimensionadas expectativas, Telecinco estrenó ayer una de las joyas de su nueva temporada televisiva, G-20, más conocido como "el programa de Risto Mejide".

La carta de presentación del estreno ha sido ni más ni menos que un 21,9% de share, es decir, 23.168.000 espectadores que a las nueva de la noche esperaban expectantes frente al televisor con la intención de comprobar cuán implacable podía llegar a ser uno de los personajes mediáticos del año a quien la cadena amiga ha coronado con un programa propio.

A esto se llama aprovechar el tirón y arrancar audiencias de la estela personalísima que Meijide ha dejado en Operación Triunfo. Y como de eso se trata, en parte, el publicista no pudo dejar de hacer menciones a sí mismo y a su detestado programa (en el que ha participado como jurado en varias ediciones hasta su polémica "expulsión"). Esperábamos al mismo Risto mordaz, ácido, caústico, implacable. Pero nos hemos encontrado con un Risto encajado en un guión, hierático en algunos momentos, rodeado de las risas flojas del público asistente solo amenizadas por el regidor en los instantes precisos, y respaldado por una descomunal pantalla, fría y desproporcionada, -como las pretensiones del estreno- pero que dejaban al presentador solitario en un páramo de retórica, sin conseguir conectar plenamente con el espectador.

Y es que estamos acostumbrados a ver a un Risto en la batalla, con el contricante en frente, mirándole cara a cara, interrumpido por los aplausos del público, provocador, con el jurado y el propio programa en contra... y en G-20 se ha convertido en un busto parlante, una parte del sistema (aunque nos siga vendiendo que está en contra) incómodo consigo mismo, y poco expresivo (así parece él, por otra parte).

Es más que probable que hoy Risto haya visto ya varias veces la grabación de su programa y a estas alturas tenga ya alguna idea de dónde hay que tensar las cuerdas. Ese 21,9% de share se lo debe a Operación Triunfo, Risto lo sabe.

Ir contra el mundo, en televisión no funciona salvo que tengas al mundo contigo en el plató, en vivo y en directo. Y en G20 Risto, está solo.