España vuelve a casa por la puerta de atrás y con el rabo entre las piernas. El sueño de una final contra Brasil se tornó en pesadilla. EE. UU volvió a sorprender y con un 2-0 se cuela en la gran Final de la Copa Confederaciones al eliminar a España, una Selección con un magnífico 'plan A' y un inexistente 'plan B'.
España: después de una victoria de récord, una derrota histórica
Los piropos eran para España, los halagos iban para 'La Roja'. Nadie contó con los americanos. Yo tampoco pero ellos sí. Lo dejaron claro desde el primer momento: "sabemos cómo ganar a España". El empuje de Obama tiene tanto tirón que ha conseguido lo imposible: EE UU en la final de la Copa Confederaciones.
España comenzó agarrotada y superada por el espíritu de EE. UU. La presión americana nos empujó atrás y los yanquis se crecieron. Sin acierto pero con ilusión los yanquis pusieron en aprietos a Casillas. En apenas 10 minutos la portería de España tuvo más trabajo que en todos los partidos de la primera fase. Algo olía mal. Nada pintaba bien.
La Selección española se fue quitando el empuje de los americanos poco a poco. El fútbol se empezaba a imponer a la fe de EE UU y estos empezaron a ver a los campeones de Europa. Xabi Alonso y Xavi Hernández tomaron las manijas del partido y el timón del buque. Pero, de nuevo, algo olía mal. Nada pintaba bien. Nuestros artilleros, Torres y Villa, anduvieron perdidos. Unas vez 'el niño' y otras veces 'el guaje' se escoraban en banda derecha. Eso facilitaba la labor de EE UU porque el delantero centro se quedaba en inferioridad ante el poderío americano. Este error se vio demasiadas veces y frenó nuestra eficacia en área ajena.
Con todo esto, España mandó en la primera mitad. Torres tuvo algunas ocasiones de fabricación casera, una de ellas fantástica pero el guardameta de EE UU atrapó con más suerte que acierto. Villa lo intentó pero su posible fichaje por el Real Madrid le ha descentrado demasiado. El 'guaje' no controlaba, no encaraba y, de cara al gol, tenía la pólvora demasiado mojada.
La Roja tocaba el balón y movía a sus rivales. Sin acierto. Esta vez Capdevila no se sumaba al ataque y, en banda izquierda, Riera se encontraba muy solitario. Y en banda derecha Cesc buscaba el centro del campo para dejar espacios a Sergio Ramos, que aportó el aspecto más ofensivo de la Selección. Pero el madridista no es ningún especialista centrando balones y se perdió pegada. Del Bosque había apostado por este 'Plan B' después de haber jugado tres partidos con el 'Plan A'. Y cuando hay una dinámica creada es complicado que los jugadores se adapten rápidamente. Menos aún cuando nuestros 'jugones' tienen un rol muy interiorizado.
EE UU no se dedicó a deambular por el terreno de juego. Buscaba sus bazas. Y la más importante eran las contras capitaneadas por el líder americano, Donovan. Altidore tenía su caña preparada para 'pescar' el gol de la ilusión y del espíritu. Los 35 partidos consecutivos en los que España no había perdido ningún partido, hacía imposible que EE. UU marcara y nos pusiera en aprietos. Hasta el minuto 25 del partido. El jugador del Villarreal superó a su compañero de equipo, Capdevila y puso el 1-0 en el marcador. Sorpresa en la Copa Confederaciones. Silencio en nuestro banquillo. Resignación en los inalámbricos. El guión se rompía y había que improvisar. España tenía que remontar.
Los nuestros a lo suyo. Fútbol, fútbol y más fútbol. Pero pocos goles. Torres y Villa sin puntería; bandas inexistentes y Xabi Alonso y compañía confiando en que, en una de esas, todo cambiara y el orden volviera al terreno de juego. Aunque los americanos, efectivamente, sabían cómo ganar a la imbatible Selección española. En varios contraataques pudo caer el segundo gol de los americanos. Demasiados errores defensivos en nuestra área, demasiada contundencia en la de EE UU. La barrera era infranqueable y la seriedad y concentración de los hombres de Bradley hacía que los suyos mandaran en cuanto a resultado. Howard, desde la portería, se mostró muy seguro en cada acción de 'La Roja' y mantuvo el 1-0 al descanso. No era justo el resultado. España mereció más (pero poco más).
La segunda parte fue totalmente diferente. Con un esquema similar, y sin cambios, España salió con su estilo de siempre pero con una velocidad como nunca. El reloj apretaba y en la primera mitad no se habían hecho los deberes. Teníamos que remontar. Algo que no hacíamos desde hacía demasiado tiempo.
España mandó. Sólo existió un equipo. La Selección mostró su mejor fútbol en esta edición de la Copa Confederaciones. Pero cuando el balón no quiere entrar, no entra. Hay partidos así. Se intenta por arriba y se falla. Se intenta por abajo y se falla. Se intenta y se intenta pero no se consigue nada. Llega la desesperación y el cansancio se apodera de tu fútbol. Se bajan los brazos porque las piernas te traicionan y, efectivamente, te sentencian el partido. Fue justamente lo que sucedió en el Free State Stadium. Dempsey culminó una contra de EE UU (otra más) y 'mató' el partido. Liquidó nuestro favoritismo y el sueño de volver a ser campeones. El 2-0 se antojaba definitivo aunque 'La Roja' todavía tenía 15 minutos para intentar la remontada y, al menos, forzar la prórroga.
Aquí Del Bosque erró. No supo qué hacer con el gol de EE UU en la primera mitad y se limitó a confiar en los suyos. El Seleccionador nacional no reaccionó en ningún momento y sólo había dado entrada a Cazorla justo antes del segundo gol americano. Minuto 70. Cesc fue el sacrificado. Aunque el cambio debió de ser otro. Torres y Villa no estaban. A los dos se les veía fuera del partido desde los primeros compases del partido y con la metralla que había en el banquillo se esperaba más de Vicente Del Bosque.
España levantó el acelerador. El cansancio entraba en escena. Sólo en el minuto 80, cuando había que remontar dos goles, el míster hizo otro cambio. No fue Llorente ni Güiza (que apenas habían jugado y estarían frescos) sino Mata el que entrara por Riera. El valencianista tenía que haber estado con la Sub-21. No era ni mucho menos el jugador que necesitaba España para acortar distancias. La Selección estaba llegando pero no había gol. Necesitábamos a alguien que derribara la muralla yanqui y rompiera la sequía de cara al gol. Del Bosque mantuvo a Torres y Villa.
El segundo gol de EE UU certificaba nuestra primera derrota. 35 partidos después. La contundencia, la seriedad y el espíritu de una Selección con la que nadie contaba sacó los colores a nuestra 'Armada Invencible'. España lo intentó, no jugó mal pero faltaron cosas. Y en cualquier semifinal de cualquier Torneo, un despiste te deja fuera de la gran Final.
Con el pitido final del partido, y con nuestra Selección fuera del Torneo, se destapó la Caja de Pandora. Los mismos que han enviado a sus mejores narradores, los mismos que han estado conectando puntualmente desde el continente negro y los mismos que han llenado sus portadas con el favoritismo de los nuestros en la Copa Confederaciones, se apresuraron a desdecirse. "Este Torneo no vale para nada", "Lo mejor que le ha podido pasar a España es perder para que nuestros jugadores, por fin, descansen".
A mí no. Confieso que me ha jodido perder contra EE. UU. Y 2-0. Reconozco que deseaba medirnos contra Brasil en una bonita final contra los cariocas. Una vez alcanzada la gloria de la Eurocopa era el momento de seguir sumando títulos. La inercia de los campeones se puede frenar en cualquier momento y hay que aprovecharla. Si nadie creía en esta Confederaciones y si todos la menospreciaban, ¿por qué la han vendido? Hay que saber ganar y hay que saber perder. No valen las excusas.
¿Se ha jugado bien? - sí. ¿Se ha ganado? - no. Y al fin y al cabo lo que cuenta es lo que cuenta. Nuestros jugones tienen mucho fútbol. Tal vez hoy por hoy más que ningún otro combinado nacional; pero nos falta la contundencia de los grandes y la pegada de los campeones. Cuando el viento sopla de cara nadie nos puede alcanzar: somos los mejores; cuando el viento sopla en contra: tenemos complejos.
Quizá en una semifinal haya que plantear cosas nuevas. La actitud del Seleccionador nos ha evidenciado nuestras carencias. ¿Por qué está Mata en la Selección absoluta y no se foguea con los suyos en la Sub21? ¿Por qué Cazorla ha viajado a Sudáfrica recién recuperado de una lesión demasiado importante? ¿Por qué se le regaló una plaza a Dani Güiza? ¿Por qué no hay 'cojones' para quitar a Torres o Villa cuando no es su día?
Hacía mucho tiempo que un partido de la Selección no sacaba a los aficionados al entrenador que todos llevamos dentro. Hablemos claro y castizamente: esta Confederaciones sólo ha tenido 45 minutos para España: los que liquidaron a Nueva Zelanda. Lo demás ha sido aburrimiento y dudas. Lo de hoy mala suerte. Pero nos volvemos sin nada.
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