CARTA ABIERTA A LA BRUNETE DEPORTIVA

El presidente del F.C.Barcelona, señor Joan Laporta, ha salido esta semana a la palestra para denunciar las prácticas que la prensa deportiva madrileña ha llevado a cabo este año para decantar la balanza de la competición del lado Real Madrid. No son unas declaraciones nada habituales en cargos de semejante índole, donde siempre suele primar la contención, la diplomacia, lo políticamente correcto. A algunos que, como yo, somos del Barça, sus palabras nos han provocado una gran satisfacción. Un gran placer. Porque pensamos que ya era hora de que alguien diga lo que muchos llevamos pensando desde hace mucho tiempo.

La prensa deportiva tiene sus colores. Los periodistas tienen sus colores. Es normal. No sé hasta qué punto eso es bueno. Siempre ha sido así. Pero lo que no se puede hacer es mentir como se ha mentido este año. Sabiendo que se estaba mintiendo. Porque se sabía. Porque no puedes publicar en portada que el Barça va a ser campeón por decreto. Si tienes en cuenta como estaba jugando entonces, sus estadísticas, su rendimiento... es fácil ver que estábamos ante una de las mayores mentiras de la Historia. Vamos a ver, la actuación arbitral más escandalosa de la temporada tiene lugar en un Real Madrid-Osasuna de Liga, en el Bernabeu. El árbitro, no contento con no pitar dos penaltis de libro cometidos sobre el mismo jugador de Osasuna (no recuerdo el nombre ahora), lo acaba expulsando por simular falta (!!). Ante, claro, el estupor de sus compañeros y de su entrenador, señor José Antonio Camacho. Pero la cosa no acaba aquí: como el tío, además de muy malo, es un chuloputas, encima tiene la desfachatez de decirle al jugador: "la próxima vez que te tires, hazlo mejor". Entonces no se habló de "Villarato", otra palabra que junto al "canguelo" y al "cagómetro" ha hecho fortuna en la campaña de guerra sucia que la prensa deportiva de Madrid ha perpetrado este año. No se habló de conspiraciones o de Ligas ganadas por decreto. Se hicieron las cosas bien, como se tienen que hacer. Y se dijo LA VERDAD, que el árbitro se había equivocado. Punto. ¿Por qué no se ha hecho lo mismo cuando el favorecido ha sido el Barcelona?... dejo la pregunta en el aire... porque todos sabemos ya cuál es la respuesta. Si, ya lo sé, de acuerdo, en Barcelona tampoco estamos libres de pecado, pero no creo que sea comparable. Estamos hablando de manipulación pura y dura. Y de jugar muy sucio. Porque se presiona al estamento arbitral, para conseguir algo a cambio. Que es, a saber, que a mí me echen un cable. Y que a tí, el Barça en este caso, te jodan vivo. Es así. Así de sencillo. Es pasarse toda la temporada mintiendo. Y sabiendo que se está mintiendo. Es intentar ganar como sea. Cueste lo que cueste. Sin que importe nada ni nadie. Superando todos los límites de lo razonable. Pienso que ya era hora de que alguien alzara la voz para denunciar todo lo que se ha llegado a hacer este año. Porque esto lo pensamos muchos. Muchos. Que estamos ya HARTOS de tanto madridismo IMPUESTO desde la capital del Reyno. Lo que pasa es que es algo que nunca se dice. Almenos no desde un cargo de representación tan alto como es el que ostenta el señor Laporta, que además es de una entidad tan grande como es el F.C.Barcelona. No, siempre se intenta ser políticamente correcto, quedar bien con todo el mundo. Pero esta vez eso ha cambiado y se han dicho por fin las cosas claras. Que, a ver, que el mundo no empieza y acaba en Madrid, hostia. Que hay más equipos. Que todo el día estáis dando por culo con Cristiano Ronaldo, joder. Que ya está bien. Que hay otros jugadores. Que al final vamos a saber hasta cómo son de gordos los zurullos que caga este tío. Y otros años ha pasado lo mismo. Lo mismo. Porque todo esto no es nuevo. Ya ha pasado otras veces. Y siempre es lo mismo. La misma mierda. Solo véis lo que queréis ver. Solo os duele y os importa lo que le pasa a vuestro equipo. Y los demás no existen. Todavía recuerdo la campaña que montaron los medios madridistas para proteger a Zidane. Un señor que era muy bueno, sí, no digo que no. Pero que tenía la mala costumbre de sacar a veces a pasear el codo cuando un contrario se le acercaba demasiado (recuerdo un codazo brutal a Puyol en un Madrid-Barça). Pero de eso nunca se hablaba. Que curioso... nunca se hablaba. Solo se hablaba, y todo el puto día, de la magia que hacía con el balón. De la que hacía con los codos ni palabra... ¿por qué?, ¿por que era del Madrid?... Como he disfrutado escribiendo este post, de verdad. Que agusto me he quedado. Y como voy a disfrutar este año como Florentino se estrelle otra vez.