¿Peligra el pacto de gobierno PSOE-IU en el Ayuntamiento de Sevilla?

No corren buenos tiempos para el pacto de gobierno que mantienen PSOE e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla. Se ha puesto de manifiesto en el Consejo de Administración de Tussam celebrado esta misma mañana.

Carlos Arizaga, gerente de Tussam

Todo se remonta a una Comisión Ejecutiva del Consejo celebrada hace unos diez días, donde el representante de Izquierda Unida, José Antonio Salido Pérez, presentó una reprobación contra la gestión del actual gerente, Carlos Arizaga de Pablo-Blanco, basándola en el asunto del bus ateo –este blog siempre ha mantenido que es él quien realmente se niega a instalarla- y una factura de minuta pasada por un despacho de abogados por valor de 300.000 euros, como consecuencia de haber representado a la empresa en el pleito con UMBELA por la frustrada venta de las antiguas cocheras del barrio del Porvenir.

Tras debatir el tema a fondo y viendo que el representante de IU seguía en sus treces de reprobar la gestión de Arizaga, se pospuso la aprobación del acta correspondiente para la siguiente reunión, que se celebró el lunes, un día antes del Consejo de Administración de hoy. En dicha Comisión Ejecutiva, se invitó a José Antonio Salido Pérez a replantearse la reprobación antes de pasar a votación el acta de la reunión anterior, a lo que éste se negó, aduciendo que mantenía la reprobación tal como la planteó en un principio. Acto seguido el acta fue aprobada.

Al Consejo de Administración celebrado esta mañana no ha acudido el representante de Izquierda Unida, quizá porque sabía lo que se iba a cocer en él, que no ha sido otra cosa que el desagravio al gerente de Tussam por parte de los representantes socialistas, Fran Fernández, Nieves Hernández y Guillermo Gutiérrez, felicitándolo por la gestión, mientras Ignacio Flores, representante del PP y los miembros en nombre de las asociaciones de consumidores y usuarios contemplaban atónitos el espectáculo desde sus asientos.

Antonio Rodrigo Torrijos anda de uñas con Arizaga por su negativa a instalar la publicidad del bus ateo, que lo ha dejado con el culo al aire ante la opinión pública, y porque no estaba al corriente del tema de los 300.000 euros al bufete de abogados. Mientras el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, no está por la labor, al menos todavía, de cambiar la dirección de la empresa.

La excusa argüida para la alabanza pública de los socialistas ha sido la firma del reciente convenio colectivo junto con los cuatro sindicatos con representación en la empresa, cosa bastante poco creíble, a falta de otra virtud gerencial donde agarrarse, porque es de conocimiento público que dicha firma ha sido más como consecuencia de la buena disposición sindical, tras haber cerrado con cierta normalidad dos años de los más conflictivos en la historia de la empresa municipal, que por disposición del propio Carlos Arizaga, como ya contamos en este blog.

Torrijos, que anda ahora preocupado por los resultados en las últimas europeas y está comenzando a tomar iniciativas tendentes a mejorar su imagen, no cesará de presionar, incluso puede que se ponga en peligro la estabilidad del pacto de gobierno, porque Arizaga se ha convertido en un escollo demasiado molesto. El alcalde, de momento, no apuesta por novedades, entre otras cosas porque sería difícil de entender la destitución del gerente de Tussam sin que hubiese ningún cambio en la responsabilidad política de la empresa.

Sin embargo, Arizaga no las tiene todas consigo, porque en Tussam hay un viejo dicho que dice que el día que te feliciten y halaguen en público échate a temblar, ya que eso significa que tu cese o destitución está a la vuelta de la esquina. Y lo cierto es que Arizaga cada vez se granjea más enemigos, tanto fuera como dentro del propio Ayuntamiento.