España: ¿cal o arena?

En el primer partido brillaron y en el segundo partido aburrieron. Pero en ambos ganaron. Y es por eso que, si la Selección española vence su último partido de la primera fase frente a Sudáfrica se entra en la historia. ¿Por qué?

Australia, Brasil y Francia están igualadas como los combinados nacionales con más victorias consecutiva: 14. Nosotros, después de levantar el glamour de la Eurocopa, no tenemos complejos ni límites. Esta noche (20,30h) andaremos solos por el camino de los récords si se gana a los anfitriones, Sudáfrica.

España tendrá en frente muchos problemas. Para lo que habrán muchas soluciones. Y es que Sudáfrica se juga demasiado. Los anfitriones saben que serán el centro neurálgico de medio mundo. También están a un paso de hacer historia pero por motivos distintos. Tal vez, más importantes que el hecho de ganar quince partidos consecutivos. La sonrisa y la ilusión del Continente africano puede brillar más allá de sus fronteras, como lo hizo tras la victoria de Egipto frente a Italia.

El año que viene les visitará una Copa del Mundo, que no es cualquier cosa. La Confederaciones puede levantar debate pero el Mundial es rotundo. Son palabras mayores. Sudáfrica querrá ganar a España para clasificarse a semifinales, ya que pugna con Irak por esa segunda plaza que lleva directamente a la gloria. Y el 1-0 rancio con el que ganó España obliga a que los anfitriones hagan el partido más serio y más efectivo de su historia. La repercusión de este partido será máxima en cuanto al seguimiento de España, pero Sudáfrica se quiere colar en la fiesta y acaparar las principales portadas de periódicos de medio mundo para decirle al mundo: ¡EXISTIMOS!

No me gustan las profecías ni las visiones, pero considero que todo este circo mediático 'encogerá' a Sudáfrica. Mucha presión, poca experiencia. Todo lo contrario que España.

La personalidad de Del Bosque siempre se describe como tranquila y sosegada. Aunque como buen deportista tiene espíritu ganador. Sabe que si gana este partido (el 15 de manera consecutiva) nadie se acordará de los 14 anteriores. El que cuente es el importante. Y por eso introducirá menos cambios en el equipo de lo que hubiera hecho sin ese récord por delante. Torres y Villa seguirán arriba. Tienen gol y quieren el Trofeo Pichichi de la Confederaciones. Ellos son los que mejor saben cómo 'abrir' el melón de Sudráfrica para poner todo de cara.

Xabi Alonso no jugará. El todavía jugador del Liverpool tiene tarjeta amarilla y si viera otra se perdería el partido de semifinales. Busquets le suplirá. Del Bosque confía mucho en el jugador blaugrana que, para estar con la Selección y contar con la confianza de Pep Guardiola en un 'Barcelona Triplete' tiene que estar haciendo bien los deberes.

Cesc volverá porque Mata no convenció. El equipo perdió banda con el valencianistas sobre el terreno de juego. La versatilidad del capitán del Arsenal ofrece muchas más cosas. Como Riera, que nuevamente dejará en el banquillo a Cazorla, que tiene todavía mucho ritmo que coger tras su importante lesión.

España tendrá más verticalidad que nunca pero sin perder la compostura en el centro del campo, que se encontrará replegado con Busquets pero desatado con Xavi Hernández, que vuelve al centro del campo para 'romper' por cualquier lado. El culé tendrá a mano la escuadra y el cartabón para que Villa y Torres rematen la faena.

ESCÁNDALO

Sin duda, las cuestionadas trompetas de los aficionados volverán más fuertes que nunca. Saben que incordian (y mucho) a los futbolistas y querrán aprovechar el tirón que tienen. El escándalo está servido. Porque si en los anteriores partidos se han visto campos de fútbol auténticamente vacíos por culpa de una mala planificación y de un exceso en el precio de las entradas, hoy habrá lleno absoluto. El precio será el mismo pero la planificación distinta. Es decir: jornada de puertas abiertas.

Lo mejor será ver a unos y a otros bailando sus danzas tradicionales, con sus vestidos y sus caras pintadas. Hoy podremos ver la globalización del fútbol.